Evitar saqueos en el manicomio de Castro es uno de los objetivos preferentes de la Diputación Provincial, propietaria del inmueble y de todos los enseres que quedan en su interior después de que el Sergas se llevase en varios camiones su material a lo largo de toda la jornada del miércoles. En su momento, el organismo provincial había sacado a concurso la vigilancia de las instalaciones en previsión de que el inmueble quedaría sin inquilinos.

Actualmente, vigilantes de seguridad hacen turno nocturno, según informaron ayer fuentes de la Diputación. Además, existe un sistema de videovigilancia para garantizar que no haya robos en el gran complejo que tiene alrededor de doscientos ventanales.

Un sistema de detección de personas por láser permite que salten las alarmas en caso de que alguien trate de entrar. Los vigilantes, a través de la central de cámaras que tienen en el organismo provincial, controlan las imágenes, de acuerdo con la información del organismo provincial.

Ayer el centro todavía contó con la presencia de algunas personas, incluso del Sergas.

Todo al almacén de Begonte

Brigadas pertenecientes a la Diputación continuaron a lo largo de la jornada de ayer transportando materiales de la cocina y otros departamentos a un almacén que el organismo provincial tiene en el municipio de Begonte y que es algo así como un gran contenedor. Allí fueron a parar, por ejemplo, las losetas que se levantaron en San Marcos cuando se remodeló la plaza. En el psiquiátrico queda todavía bastante material por salir. Mucho no es aprovechable, pero hay maquinaria que podría ser vendida porque sería utilizable, tal es el caso de las grandes lavadoras de la lavandería. Una buena parte del material es posible que ni tan siquiera pueda ser aprovechable, como por ejemplo camas y mesillas.