La hija de la mujer asesinada asegura que su madre se sentía "muy agobiada"
La hermana de la víctima declara ante el jurado que un día le confesó que "estaba con mucha ansiedad por su marido"
La relación que para todo el vecindario de la calle Pi y Margall e incluso para los familiares de Mercedes y Cristóbal parecía "ejemplar", resultó ser todo lo contrario. En la segunda sesión del juicio por la muerte de una mujer y su hijo de cinco años a manos del cabeza de familia, Cristóbal B. R. (vigilante de seguridad en el centro comercial de Almería), tanto la hija de la víctima como la hermana aseguraron ante el tribunal de jurado que Mercedes G. se sentía "muy agobiada e incluso vigilada", por su marido, quien la llamaba constantemente para preguntarle qué estaba haciendo, con quién y qué estaba hablando.
La situación llegó a tal punto que, según quedó acreditado ayer en el juicio, la joven decidió acudir al psicólogo "porque pensaba que no valía nada y que ya no pintaba nada en esta vida", tal y como declaró Irene, hija de un matrimonio anterior de la víctima.
También corroboró la situación la hermana de la fallecida, quien además dejó constancia de que en una ocasión, cuando Mercedes sufrió un corte profundo en la muñeca y le preguntó que cómo se lo había hecho, ella dijo que "algo gordo había pasado", pero que ya se lo contaría cuando los niños no estuvieran presentes. "Nunca llegó a contarme nada, pero yo sospecho que fue él quien le hizo el corte", indicó la hermana de la difunta, al tiempo que aseguró que Mercedes le dijo que su relación con Cristóbal "se había enfriado" y que incluso le planteó la separación, algo que "le sentó mal".
En la sesión de ayer declararon los vecinos del bloque de viviendas donde sucedió el doble crimen y todos coincidieron en asegurar que no se esperaban lo ocurrido. Entre ellos comentaban sorprendidos "la frialdad" con la que se estaba enfrentando al juicio el acusado, puesto que "aunque se haya arrepentido está como si nada".
La declaración de Rosa Cortés, la vecina más cercana a la vivienda del matrimonio, fue la más escalofriante, sobre todo cuando describió la escena que presenció cuando Cristóbal estaba encima de Mercedes "dándole golpes con los puños y en presencia del niño de cinco años". "Como la puerta de la casa estaba abierta, al escuchar los gritos de socorro, entré y vi la agresión. Entonces cogí al pequeño para llevármelo a mi casa y él se abalanzó sobre mí, gritando como un animal, y me lo quitó. Cerró la puerta y yo me fui corriendo a llamar a la Policía. Al momento ya no escuché más gritos "porque ya los había matado".
Hoy se practicará la prueba pericial, en la que los forenses determinarán las causas de la muerte de las dos víctimas, así como los exámenes psicológicos de Cristóbal, a quien en 1999 diagnosticaron esquizofrenia paranoide e ingresó en Salud Mental tras un intento de suicidio.
El acusado se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de prisión por dos delitos de asesinato, ya que el hombre, según el escrito de calificación, "sufrió un brote psicótico agudo, pero había planeado el crimen con anterioridad y acuchilló a la mujer 23 veces para aumentar su sufrimiento, para luego asestar siete puñaladas a su hijo de cinco años".
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