Bilbao

Tal vez sea porque la crisis ha empujado a muchas personas a tomar la senda del crimen sin estar habituados a ese estilo de vida. Tal vez porque los delincuentes están perdiendo las buenas maneras delictivas o, simplemente, por descuidos o torpezas. El hecho es que en las últimas semanas se han producido numerosas detenciones y sucesos de lo más llamativas y rocambolescas. Desde la abuela dedicada al tráfico de droga aun cuando se encontraba postrada en una cama debido a sus problemas de salud, hasta los delincuentes que fueron capturados por conducir demasiado despacio, pasando por el hábil ladrón que tropezó con sus propios pantalones cuando trataba de huir del escenario de un robo. No obstante, las estrellas indiscutibles de este ranking de mangantes chapuzas lo lideran una pareja delictiva que fue detenida tres veces en tan solo dos días, por dos cuerpos policiales diferentes tras protagonizar varios robos de lo más surrealistas. Todo un listado de expertos en las artes delictivas que han saltado a los medios más por su torpeza que por su destreza.

'Trabajando' incluso enferma

Una mujer de 74 años se dedica a vender heroína desde su cama

El delicado estado de salud de L. B. C., una mujer de 74 años, le impedía levantarse de la cama. Su enfermedad la mantenía postrada en su lecho. Sin embargo, sus achaques no le impedían ser la matriarca de un conocido clan dedicado al tráfico de heroína en la capital vizcaina y dirigir toda su actividad desde su domicilio, ubicado en el barrio de Bilbao la Vieja. La mujer continuó traficando incluso tras la detención de su principal proveedor a finales del mes de enero.

La matriarca recibía a sus clientes en su habitación, tumbada plácidamente en su cama. Un hombre de 43 años, que fue detenido junto a ella, era el encargado de abrir la puerta y dar la bienvenida a los compradores. Sin embargo, la semana del 17 de febrero, abrió la puerta a un equipo de agentes de la Unidad Antidroga de la Policía Municipal de Bilbao que, caracterizados como toxicómanos, accedieron al inmueble para realizar una supuesta compra. Fue así como consiguieron desenmascarar y arrestar a la mujer, quien en el momento de la detención llevaba dos bolsitas de droga en uno de los bolsillos de su bata.

Por si todo esto fuera poco, en el registro efectuado por los agentes en el domicilio localizaron, además de varios envoltorios de heroína y dinero en metálico, numerosas prendas de vestir aún con las alarmas antirrobo, así como 23 botellas de aceite de oliva y 23 sobres de embutido de calidad, todo ello al parecer de procedencia ilícita.

Un ladrón en la basura

Se esconde en un contenedor para evitar ser detenido por la policía

El año 2012 comenzó entre basura, desechos y mugre para un joven. El 1 de enero, la Er-tzaintza le arrestó como presunto responsable de la sustracción de un bolso a una mujer en el barrio bilbaino de San Inazio. Hasta ahí todo normal. Lo curiosos es que tras abordar a la mujer en plena calle y tirarla al suelo para poder hacerse con el bolso, la mujer alertó a la Policía vasca para denunciar lo ocurrido. Fue entonces cuando los agentes activaron un dispositivo de búsqueda para tratar de localizar al sospechoso.

Los resultados no tardaron en aparecer. Un vecino avisó de que acababa de observar a un joven introducirse en un contenedor de basura orgánica en las inmediaciones de la calle Juan de Urbieta, donde poco antes sucedieron los hechos. Los agentes se acercaron al contenedor y, al abrir la tapa, descubrieron al joven en su interior, agazapado entre las bolsas de desperdicios.

La descripción del joven coincidía plenamente con las características físicas facilitadas por la víctima y, por si fuera poco, los agentes descubrieron en el bolsillo de su pantalón varios objetos, presuntamente, pertenecientes a la víctima, por lo que procedieron a su detención acusado de una delito de robo con violencia.

Huye como un pingüino

Tropieza con sus pantalones y es atrapado

Un joven de 28 años intentó huir después de robar en un establecimiento de Barakaldo el pasado 11 de febrero. Sin embargo, la carrera terminó por los suelos. Su propios pantalones le jugaron una mala pasada que benefició al vigilante que le perseguía tras cometer el hurto en la tienda. Cuando fue sorprendido por el empleado de seguridad, el ladrón se quitó el cinturón para agredirle y así escapar del local. Pero quitarse el cinturón no fue una buena idea, porque sus pantalones se escurrieron por las piernas en la carrera provocando su caída.

La Ertzaintza acudió al lugar del incidente y detuvo al hombre por robar en el comercio de Barakaldo. El vigilante de seguridad sorprendió al joven cuando intentaba sustraer varias prendas de vestir, valoradas en 475 euros. Al intentar retenerlo, el ladrón se quitó el cinturón que llevaba puesto y golpeó con él al vigilante para darse después a la fuga. Sin embargo, apenas recorrió unos pocos metros.

La falta de sujeción en los pantalones hizo que se le cayeran a los pies, trastabillando, lo que permitió que el guardia de seguridad lo alcanzara sin problema. El responsable de vigilancia del comercio aprovechó la pérdida de equilibrio del ladrón para retenerle hasta que llegase la Ertzaintza. Finalmente, los agentes procedieron al arresto del ladrón, de 28 años, que contaba con otros nueve arrestos en su historial policial.

Atención, destilería a bordo

Sorprendidos con 63 botellas de licor de alta graduación robadas en el coche

Ni una, ni dos, ni tres, sino 63 botellas de licor de alta graduación. Ese es el botín que la Policía Municipal de Getxo descubrió en el interior de un vehículo. Sus propietarios, dos jóvenes de 31 años que, al parecer, fueron robando poco a poco las botellas en diferentes establecimientos de la localidad.

Los jóvenes fueron imputados el pasado día 9 de febrero por la Policía Municipal de Getxo tras la comisión de un delito con fuerza en Algorta, donde sustrajeron 63 botellas de licor de alta graduación de tres supermercados valoradas en 800 euros.

La presencia de estos dos hombres en las cercanías del supermercado, además de los hurtos que se vienen produciendo, suscitaron las sospechas de los agentes, que procedieron a realizar una inspección del interior del vehículo, comprobando que portaban 63 botellas de licores de alta graduación sin desprecintar. Las botellas tenían inutilizado el sistema de alarma que utilizan los comerciantes para evitar hurtos.

Para ser conductor de primera...

Descubren dos ladrones por conducir por debajo del límite de velocidad

Su actitud les delató. Conducían a una velocidad extremadamente lenta por las calles de Leioa. Una hecho sospechoso al que se sumó el abundante material de trabajo que llevaban consigo a bordo del vehículo: barras de uña, mazas, cizallas, pasamontañas, sierras, taladros eléctricos o destornilladores, entre otros materiales susceptible de ser utilizado para cometer delitos, que confirmaron a la Policía Local -por si quedaba alguna duda- que los dos jóvenes de nacionalidad rumana se dirigían, presumiblemente, a cometer un delito.

Los hechos sucedieron del pasado día 9 de febrero en Leioa. La Policía Municipal identificó a los dos jóvenes mientras circulaban por la avenida Autonomía a bordo de un coche a una velocidad extremadamente reducida por las calles del municipio y a una hora intempestiva, en torno a las 5.06 horas. Unos detalles que hicieron sospechar a los agentes de la patrulla que iba de paisano. Al revisar el vehículo localizaron las herramientas. Además, descubrieron que el vehículo no contaba con la documentación en regla, no figuraba a nombre de ninguno de los dos ocupantes y, a su vez, estos no contaban con el carné de conducir.

Los detenidos fueron identificados como C. V. C. de 26 años, de Rumania y residente en Burgos, y A. C. V. de 30 años, también de nacionalidad rumana y residente en Santurtzi. Cuentan con múltiples antecedentes por robos, sustracción de material urbano, atentado contra la autoridad y falsificación de documentos.

El robo del siglo

Se hace con un botín de 2,68 euros al asaltar una carnicería

Eran las 2.15 horas del pasado 8 de febrero. Armado con una tapa de alcantarilla, se situó frente al escaparate de una carnicería del barrio de Errekaldeberri de Bilbao. Tras fracturar el cristal del establecimiento y forzar la puerta de entrada, el ladrón, de 31 años, accedió al interior de la carnicería. Su objetivo era hacerse con la caja registradora del local. Una vez conseguido, abandonó el lugar vanagloriando su propia hazaña y satisfecho con el botín conseguido.

No obstante, sus actos no pasaron desapercibidos. Un vecino de la zona fue testigo de todos sus movimientos y alertó a la Ertzaintza. Una patrulla de la Policía vasca inició la búsqueda del sospechoso que fue localizado poco después en una calle cercana. El individuo, cuya descripción coincidía con la facilitada por un testigo, portaba aún bajo el brazo el cajón de la caja registradora. Al percatarse de la presencia de los agentes, el joven soltó el cajón en el suelo en un fallido intento por disimular y pasar desapercibido. Sin embargo, de poco le sirvieron sus argucias ya que fue identificado y detenido por los agentes al comprobar que el cajetín de la máquina registradora coincidía con la de la carnicería.

Aún mayor, si cabe, fue la sorpresa del habilidoso mangante al descubrir la escueta cantidad de dinero que guardaba el cajetín. Nada más y nada menos que 2,68 euros.

Sigue el camino de baldosas amarillas

Un reguero de monedas conduce a la Ertzaintza hasta dos ladrones

Eran pareja profesional y juntos cosechan un historial delictivo con más de ochenta arrestos. Pero finalmente fueron detenidos por la Ertzaintza por un delito contra el patrimonio, después de intentar entrar en una farmacia y de asaltar el batzoki de Santutxu. Su huida fue tan apresurada que los cacos perdieron parte de las monedas sustraídas en el camino. Los ertzainas localizaron el rastro, que recorría la calle Santutxu hasta un tramo de escaleras que da acceso a la calle Fika. Solo tuvieron que seguir el reguero dejado tras de sí por los presuntos ladrones para dar con ellos. Los agentes sorprendieron a los dos sospechosos aún con el cajón de la caja registradora, así como con una hucha, empleada por los camareros del batzoki para guardar las propinas.

Esta pareja delictiva está formada por dos jóvenes de 34 y 37 años que en la madrugada del pasado 3 de enero fijaron su campo de trabajo en Santutxu. En primer lugar se centraron en una farmacia, trataron de forzar la persiana exterior, pero saltó la alarma y ante la imposibilidad de acceder al interior desistieron y fueron a por su siguiente objetivo. Así, llegaron a la calle Resurrección María de Azkue, donde se emplaza el batzoki de Santutxu. Una vez más, forzaron la persiana y, una vez más, saltó la alarma, aunque en esta ocasión sí que pudieron entrar.

Dentro, los asaltantes se hicieron con un botín que superaba los 700 euros, 300 que había en la caja y otros 400 más de la recaudación por la venta de boletos para el sorteo de lotería de El Niño. Según explicó el departamento vasco de Interior y confirmaron posteriormente los empleados del local, fueron los vecinos del inmuebles quienes alertaron de la posible comisión de un delito, cuando la alarma del batzoki comenzó a sonar.

"Han sido muy rápidos porque, aunque ha saltado la alarma, han entrado y se han llevado todo el dinero que han encontrado", interpretó el trabajador. Y no le faltaba razón, los dos hombres accedieron al interior del bar tras romper el cristal de la puerta principal y, rápidamente, cogieron el cajón de la caja registradora, el bote de las propinas y todo el dinero conseguido con la venta de lotería de El Niño, y salieron corriendo.

Repitiendo la jugada

Vuelven a detener a los ladrones del batzoki

No contentos con su sonada actuación, al día siguiente la pareja de cacos volvió a repetir la jugada, pero tampoco les salió según lo previsto. Volvieron a ser sorprendidos. Dos veces a los mismos en menos de 24 horas. ¿Mala suerte o torpeza? Pero el currículum delictivo de estos dos ladrones no acaba ahí. Un día más tarde, la Policía vasca arrestó a uno de los dos hombres por el robo de una pastelería ubicada en el barrio Zurbaran. Varios agentes observaron a el ladrón con dos bolsas de plástico que al verles reaccionó tirándolas y huyendo.

Ante la reacción del individuo, uno de los agentes recuperó las bolsas mientras que el otro alcanzó al sospechoso. Después, comprobaron que se trataba de uno de los que había sido detenido el día anterior por el robo del batzoki de Santutxu. Los ertzainas verificaron que en el interior de las bolsas había un surtido de pastas y un televisor de pantalla plana.

Tras inspeccionar la zona, descubrieron que la persiana y la puerta de una pastelería cercana habían sido forzadas y que el interior se hallaba revuelto. Ante tales evidencias, el individuo fue detenido por un delito de robo con fuerza.

No hay dos sin tres

La policía arresta a dos ladrones en Bilbao por tercera vez en dos días

Esta pareja delictiva sin duda batió todos los récords. Tres detenciones por hurto y daños contra el patrimonio en poco más de 48 horas. Sin duda, una de las parejas delictivas más activas y, por qué no decirlo, más ineptas del panorama bilbaino. I. R. V., de 34 años, y M. E. S., de 37, forma sin duda, una paraje singular, de "históricos delincuentes" en la capital vizcaina, "conocidos de sobra" por las autoridades policiales, por los innumerables antecedentes por hurto en comercios y daños contra el patrimonio que coleccionan en su historial delictivo. "Son profesionales en este tipo de robos. Llevan tantos años delinquiendo que no saben vivir de otra cosa", indican fuentes policiales. Entre los dos poseen más de un centenar de arrestos, tras "años de actividad delictiva". Para ser exactos, M. E. S. cuenta con más de 20 arrestos por parte de la Policía bilbaina y más de una treintena por parte de la Policía vasca. En cuanto a su compinche, I. R. V. ha sido detenido más de 20 veces por la Policía Local y más de 40 por la Ertzaintza. Una amplísima lista de antecedentes policiales por los que "probablemente hayan estado con anterioridad cumpliendo condena en algún centro penitenciario", indican estas fuentes. "A pesar de ser multirreincidentes, si no tienen delitos de sangre o robos con violencia no suelen ingresarles de forma preventiva en prisión", explican. De ahí que salgan del calabozo una y otra vez y que, una y otra vez, sean pillados in fraganti.

Sus últimas detenciones datan de esta misma semana. El martes fueron arrestados como presuntos autores del robo en el batzoki de Santutxu después de que la Ertzaintza siguiera el reguero de monedas que iban dejando tras de sí. Horas después fueron apresados, también por la Policía vasca, acusados de la comisión de un hurto en una pastelería de Zurbaran cuando se toparon con una patrulla y su reacción fue soltar las bolsas que portaban y salir corriendo. Pero no hay dos sin tres. La pareja de caco fue detenida, en esta ocasión por la Policía Municipal de Bilbao, cuando, al parecer, trataban de robar en un local hostelero, situado en la carretera Basurto-Kastrexana del que no pudieron llevarse nada. Les pillan, pero no se cansan. Una patrulla de la Policía Local realizaba labores de seguridad ciudadana en el entorno de la carretera Basurto-Kastrexana cuando escucharon una alarma. Al llegar al lugar, descubrieron a los dos hombres saliendo de un local hostelero con la "persiana medio echada y el cristal de la puerta fracturado". Uno fue detenido, mientras que el otro consiguió huir; aunque, gracias a la descripción de los agentes, unos compañeros pudieron localizarle poco después en la calle Zamakola. El protocolo de la detención se lo saben de memoria. Hasta la siguiente.

http://www.deia.com/2012/03/04/bizkaia/sucesos/los-delincuentes-mas-patosos