En plena Feria de Albacete del año 1903 surgió una impactante noticia que llegaba de Alcaraz. Los diarios albacetenses de la época recogían lo que denominaron en sus titulares 'Colisión sangrienta en Alcaraz'. Curioso y al mismo tiempo de una extrema crueldad lo que ocurrió en la localidad serrana albacetense un cinco de septiembre.
Todo ocurrió con lo que se denominó como colisión entre quincalleros y guardas jurados en una primera noticia de alcance, tan escueta como dramática en una de las páginas más duras de la crónica negra provincial de todos los tiempos. El siete de septiembre, El Heraldo de Albacete informaba sobre la muerte de tres personas y cinco heridos en Alcaraz a través de su corresponsal de apellido Mezquita.

«Hallábanse descansando en un rastrojo próximo al Cortijo Nuevo ocho mendigos en su mayoría inútiles cuando vieron venir en dirección a ellos a dos guardas jurados que resultaron ser Socorro Gómez Cuevas y Bartolomé Martínez González, dependientes de don Agustín Flores. Como los mendigos tenían dos caballerías y eran las diez o las diez y media de la noche, creyéndose seguros y experimentaron, por lo que dicen gran contento al reconocer a la Autoridad», adelanta Mezquita en el inicio del relato de su información periodística.
-¿Quién les ha dado permiso para pernoctar aquí? Les dijo el primero de los citados guardas y uno de los interrogados contestó: «Somos unos pobres inútiles, como usted ve, que vamos a implorar la caridad pública en la Feria de Alcaraz», prosigue el relato de este espeluznante suceso, que añade que al primero de los guardas jurados, el tal Socorro no debió satisfacerle mucho la contestación, «pues encarándose con Ramón García, uno de los mendigos, le descerrajó un tiro e hizo un segundo disparo contra Julián Garrido que intentó defender a su compañero. Las mujeres que formaban parte de aquella familia de mendigos se arrojaron contra el agresor, haciendo huir al segundo de los guardas, pero el primero, el que tan fieramente cumplía sus amenazas continuó su obra de exterminio», relataba la crónica de este suceso.
Una sangrienta lucha que terminó con la muerte sobre el terreno del mendigo Ramón García, manco de la mano derecha y Julián Garrido Monroy, cojo, a lo que hubo que añadir también el fallecimiento en Villanueva de la Fuente de otro discapacitado. En esta lista negra de la acción criminal del guarda jurado hubo que añadir las heridas sufridas por el ciego Jesús Hurtado; Vicente Planelles, a quien faltaban ambas piernas y una niña de cuatro años, Teresa López que presentaba una herida en la sien derecha producida por un culatazo y otra mujer, en estado gravísimo, «pues tenía el espinazo roto», puntualizaba el corresponsal del diario en Alcaraz.
Tal fue la alarma que se produjo por estos hechos que la Guardia Civil de Villanueva de la Fuente y la pareja de Villapalacios salieron presurosos al oír las detonaciones, cruzándose equivocadamente algunos disparos entre una y otra, pero al notar que eran de mauser suspendieron el fuego y acudieron en socorro de aquel grupo de mendigos contra los que había disparado y asesinado el guarda jurado Socorro Gómez que naturalmente fue detenido tras presentarse en el lugar de los hechos el juez de instrucción interino, Antonio Mendiri acompañado del forense, Francisco Sánchez, del actuario y de los guardias, Lorenzo Redondo, Asensio Pradas, Cipriano Palomares y Antonio López Andrés de los puestos de Alcaraz y Villapalacios respectivamente.
Los muertos y heridos fueron conducidos en dos carros al Hospital, mientras que «el feroz matador», como se calificaba al asesino ingresaba herido en la cárcel. «No falta quien asegure que el Socorro es licenciado de presidio y por esto son muchas las personas que censuran públicamente el que se nombre cargos revestidos de Autoridad a individuos de malos antecedentes. Uno de los méndigos supervivientes ha dicho después que al llegar el guarda les exigió dos reales a cada uno y que en vista de que no atendían por serles imposible aquella petición, disparó el primer tiro y comenzó a herir y matar sin compasión alguna. Los muertos ya son cuatro dos que murieron en el acto y otros dos que han fallecido en el Hospital de Vilanueva de la Fuente», se subrayaba en la información del Heraldo, con una apostilla final sorprendente. «Es un hecho que el tan tristemente célebre guarda jurado estuvo en presidio y se comió la oreja izquierda de un compañero de prisión». Un animal, el tal Socorro Gómez, asesino de méndigos.

http://www.laverdad.es/albacete/20100117/albacete/sangriento-cruel-suceso-alcaraz-20100117.html