ADIESTRAMIENTO DE UN PERRO PARA LA CAZA






Sin duda el perro de caza es un animal con un fuerte instinto, no obstante su adiestramiento es un proceso complejo que requerirá de ti, amigo cazador, tiempo y sobre todo, mucha paciencia.

Aunque la facilidad de aprendizaje de un can depende de la raza, hay que decir que todos los perros pueden ser educados bajo una rutina estricta de adiestramiento para la caza.

Las lecciones básicas podríamos resumirlas en tres: obediencia, búsqueda y recuperación. Y de ellas, quizás la primera es la más importante porque es la base para las otras dos. La fidelidad, lealtad y obediencia a su amo serán imprescindibles para poder llegar a ser grandes compañeros de andanzas.

No hay que olvidar que sus instintos estarán a flor de piel, que desatará su lado más salvaje. Necesitamos conocerlos a fondo para canalizarlos en actitudes positivas para la caza.

Socialización de nuestra mascota

El adiestramiento comienza cuando es cachorro. Una primera prueba será el paseo.

Así descubrirá ruidos, olores, gente, otros perros y en definitiva un mundo al que se tiene que acostumbrar. Nuestro amigo debe correr, revolcarse, jugar en libertad… hasta la llamada de su amo: UN PITIDO o UNA VOZ. Y ante la obediencia, un PREMIO con forma de galletita, caricias, y una voz cariñosa. Cuando lo hayamos conseguido, el perro correrá desesperadamente a buscarnos cuando le llamemos.

No debemos ponerle en aprietos, escondernos o desorientarle moviéndonos porque el perro puede entrar en un estado de ansiedad, estrés y preocupación al no encontrar a su dueño que puede ser contraproducente para nuestro adiestramiento. Este pequeño ejercicio es una buena prueba de domesticación y socialización que nos hará conocer ya su carácter y su inteligencia.

Enseñarle el arte de la caza

Llega el momento de poner a prueba su olfato y enseñarle a cobrar. Podemos hablar de diferentes acciones:

1 1.Localización de la presa. (el perro debe experimentar, desarrollar su creatividad, su capacidad de adaptación, su ingenio y su capacidad de improvisación).

Hay cosas como ésta que dependen mucho del mero instinto del animal. El resto de fases corresponden a un adiestramiento que debe hacerse bien desde el principio y siempre de la misma manera.

2. recogida de la presa.

3. regreso hasta el dueño.

4. delante de él, entrega de la presa ante la orden.

Todos los perros con un instinto medianamente desarrollado no tienen dificultades para recoger la presa. El problema comienza cuando el perro debe regresar con ella sin pérdida de tiempo. Y pueden pasar dos cosas: el perro podrá acudir junto al dueño o mostrarse receloso de acercarse al mismo con la pesa en la boca.

Si hace lo correcto y se acerca, hay que reforzar esa conducta mediante caricias y una voz amable que le felicite efusivamente por su labor. Se trataría de un cobro instintivo que habría que repetir varias veces en sesiones muy cortas y en diferentes situaciones para no hacer caer al animal en cansancio por repetición de la acción.

Si el perro no se acerca a pesar de llamarle, hay que proceder al cobro por obligación utilizando algún tipo de presión. Sin cansar al animal hay que activar su instinto de supervivencia. Para no ser sometido a esa presión, el perro recogerá la presa y quedará liberado de ella tras acudir con la presa hasta nosotros y soltarla ante la orden. Después hay que devolver al ambiente la tranquilidad para que comprenda que ha terminado el trabajo. Tampoco debemos caer en la repetición excesiva de este ejercicio para no cansar al animal.

Vuestro fiel amigo será entonces también el mejor compañero de caza.

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