Más vale prevenir que lamentar. Ese es el espíritu que está detrás de las sesenta revocaciones de licencias de armas de fuego que se contabilizaron a lo largo del pasado año en la provincia de Granada por parte de la Guardia Civil. La causa de este medio centenar largo de revocaciones está en denuncias de sus parejas o cónyuges por malos tratos. En total, se revocaron 211 permisos, y una de cada tres revocaciones tuvo su origen en una denuncia por maltrato.

Esta cifra es sensiblemente inferior a la registrada por este motivo el pasado año, cuando se les retiró la licencia a 69 granadinos, y rompe la tendencia alcista que se dio entre 2009 y 2010, cuando el número de permisos retirados por esta causa creció nada menos que un 17,4%. Se da la circunstancia de que una de estas retiradas de licencia fue a un vigilante de seguridad privada.

En cuanto al tipo de arma, la mayoría eran escopetas de caza (36), de caza mayor (16) y una más de arma de tiro de federación deportiva. El resto fueron pistolas o revólveres.

En total, el número de revocaciones en pasado año fue de 211. Aparte de por violencia de género, hubo otras causas por las que se decidió dejar sin efecto la concesión del permiso para poseer armas de fuego. En 37 ocasiones el motivo fue la alcoholemia, en cinco el cultivo de droga, en nueve delitos contra la salud pública -tráfico de estupefacientes-, por lesiones 18 y, por último, por condenas relacionadas con otros delitos, 66, según fuentes de la Guardia Civil en Granada.

Por otro lado, se retiraron 16 licencias en la provincia por edad o pérdida de condiciones psicofísicas.

No fueron las únicas incidencias que aparecen en las estadísticas de la Guardia Civil. Según los datos facilitados, se sumaron 43 infracciones a los reglamentos de armas y otras dos de explosivos.

El porcentaje de armas revocadas es mínimo si se tiene en cuenta la cantidad de licencias que hay expedidas en la provincia. Sólo de escopetas hay 37.919 permisos en vigor, a las que se suman 350 de armas cortas, 949 armas para personal de seguridad privada, 7.405 rifles y armas largas para caza mayor, 611 armas de tiro de federaciones deportivas, 178 de material de coleccionismo.

En cuanto al número de armas, la Guardia Civil tenía registradas en el cuarto trimestre de 2011 un total de 88.861, la mayoría escopetas (80.936), seguidas muy de lejos por armas largas (5.508) y carabinas (4.136)