El registro de armas en la provincia ha crecido en el último año en casi 800 unidades, pasando de las 98.300 que había registradas en enero del 2011 a las 99.088 que hay actualmente. Estas armas pertenecen a unas 49.000 personas, de las cuales apenas un millar las utilizan para el tiro olímpico y el resto lo hacen para la práctica de la caza, que sigue aumentando. Así se desprende de los datos que tiene contabilizados el servicio de Intervención de Armas de la Guardia Civil, que indican también que la solicitud de licencias ha crecido en el último año en unas 700, de las cuales se han concedido el 85%.

Los agentes de la unidad de Intervención de Armas, en las cinco oficinas que existen en la provincia --en Medina Azahara en Córdoba y en los puestos de Lucena, Montilla, Pozoblanco y Peñarroya--, son los encargados de controlar el uso que se da a todas ellas, así como de la autorización de las preceptivas licencias. El trabajo fundamental de esta unidad consiste en la revisión de las licencias, que se deben renovar con carácter general cada tres años las más restrictivas --pistolas y revólveres-- y cada cinco las que utilizan los vigilantes de seguridad y guardas de campo, así como los rifles de caza mayor y las armas largas empleadas en la caza menor y el tiro deportivo. De estas últimas en Córdoba hay 46.800 licencias en vigor, mientras que de las empleadas en monterías hay unas 11.300 autorizaciones.

Durante el pasado año la unidad de Intervención de Armas tramitó aproximadamente 12.400 expedientes de renovación de licencias y autorizaciones en la provincia. La obtención de cada una de ellas tiene un procedimiento distinto aunque, de forma general, para obtener una licencia de armas que habilite para la práctica cinegética los interesados deben someterse a una prueba de capacitación sobre el cuidado y conservación de las armas y sobre el reglamento que las regula, además de someterse a un informe psicofísico y carecer de antecedentes penales.

Sin embargo, la autorización para la tenencia de armas cortas como pistolas o revólveres tiene un carácter mucho más restrictivo. De hecho, más del 65% de las nuevas solicitudes o renovaciones son denegadas. Aunque la Guardia Civil no ha facilitado el dato referente al número de licencias en vigor de este tipo de armas, desde la unidad de intervención se insiste en que estas han disminuido en los últimos años casi un 50%.

Por otra parte, respecto a las armas que son intervenidas o depositadas en las distintas oficinas de la Intervención, la Guardia Civil explica que la mayoría de ellas son armas blancas o simuladas y objetos peligrosos. El año pasado se intervinieron más de 14.600 armas blancas en la provincia. Nuevamente se omite el dato referente a las armas cortas, aunque la principal causa de su intervención suele ser por denegación de la licencia.

También destaca que hasta ahora no se ha detectado la existencia de redes o particulares dedicados al tráfico de armas, si bien cada año se instruyen diligencias por algún supuesto delito de tenencia ilícita que finalmente suelen resultar ser falsas.

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