http://www.diariosur.es/20090128/malaga/como-poli-pagar-20090128.html
Como soy poli, me voy sin pagar
Pidió un café y un donut. Desayunó en la cafetería de la estación, mientras en el andén seguía el trasiego de viajeros. Las prisas le entraron al pagar. «Soy policía y estoy en medio de un dispositivo para detener a un atracador», cuentan que le dijo al camarero.
A la vista del resultado, lo que el supuesto agente de la ley iba buscando era ahorrarse la consumición, según informó ayer la Comisaría Provincial. De hecho, se inventó sobre la marcha una operación policial en la que llegó a utilizar a los vigilantes de seguridad de Vialia, que no se tragaron el anzuelo. Ni poli ni nada por el estilo. Era un impostor.
Ocurrió el lunes a primera hora. Tras dar cuenta del café y el donut, el presunto policía pidió al camarero que avisara a los vigilantes de la estación. A continuación -según fuentes policiales- explicó su treta a los guardas: «Estoy trabajando. Formo parte de un despliegue para localizar a un atracador que debe llegar en un tren desde Madrid».
Su historia tenía credibilidad, ya que en su cinturón portaba un dispositivo que emitía el mismo sonido que las radios de la policía, lo que dotaba de cierto realismo a su engaño.
Inspecciones
El supuesto agente de paisano reclamó la colaboración de los vigilantes, advirtiéndoles de que, si no le ayudaban, «obstaculizarían la labor policial». Les dijo que debía hacer unas requisas y los envió a inspeccionar lugares públicos y privados de la estación, como los aseos. Ahí empezaron a sospechar que había algo raro. El personal de seguridad decidió avisar a la Policía Nacional para comprobar si habían puesto en marcha algún dispositivo especial para encontrar a un atracador. Una patrulla acudió al centro comercial Vialia para identificar al supuesto policía. Lo curioso es que el sujeto no huyó tras conseguir su supuesto objetivo -pagar la consumición- sino que se quedó dirigiendo la inspección de los vigilantes de seguridad.
Cuando llegaron los funcionarios, el presunto agente aún se encontraban en el lugar, aunque -según las fuentes- intentó marcharse al percatarse de la presencia policial. No llevaba placa, ni siquiera falsa, y el dispositivo que llevaba en el cinturón era en realidad un teléfono móvil con una sintonía grabada para simular el sonido de una radio policial.
El joven, que tiene 26 años, fue detenido por un presunto delito de usurpación de funciones públicas al entender que se hizo pasar por agente de la ley. Y todo, al parecer, por no pagar un café y un donut.