La empresa impide entrar al centro de Manresa a los 257 afectados por el ERE
Por un grupo de guardias de seguridad contratados por la empresa. Así se enteraron el miércoles los 257 afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) de Pirelli en Manresa que estaban despedidos. En la puerta de la factoría, los guardias comunicaron a cada obrero su situación. Quien estaba en la lista, no entraba. La desagradable iniciativa de la empresa enojó sobremanera a los trabajadores.
Los trabajadores del primer relevo del miércoles se encontraron con los guardias de seguridad. Les pedían el DNI y confirmaban si seguían en la fábrica. Ante el desconcierto de los obreros, la planta quedó paralizada. Pero Pirelli siguió con esta práctica hasta ayer en cada uno de los relevos. El sindicato CGT, que no es mayoritario pero ha sido el más combativo, encabezó las movilizaciones. De hecho, los trabajadores manifestaron sentirse desatendidos por el comité de empresa. Ningún representante acudió a la fábrica cuando estalló el conflicto del miércoles. Además, la tercera parte de sus miembros se acogió a prejubilaciones, entre ellos el presidente del comité, Joan Vila (CC OO), quien comunicó ayer su intención de dejar su cometido.
De esta forma, se enteraron de que estaban despedidos, por ejemplo, dos matrimonios, dos hogares que se quedaban a la calle. Sin embargo, la empresa dijo que se trataba de un error, según CGT, y que lo resolvería ocupando a una de las dos personas.
Anta la crispación que se generó, el alcalde de Manresa, el socialista Josep Camprubí, tuvo que exigir a Pirelli explicaciones por los "malos modos" que empleó para comunicar los despidos y le reprochó que ésa no es la forma de crear un clima de confianza para la conciliación. El alcalde de Manresa agregó que se trató a los trabajadores como si fueran "un peligro" para la empresa.
El conflicto de Pirelli se inició a raíz de las complicaciones económicas globales del grupo italiano. Al principio, la propuesta de la marca italiana de neumáticos se basó en ofrecer a la comarca una recalificación urbanística a cambio de construir un nuevo centro en solares que pretendía conseguir a bajo coste.
Finalmente, la dirección de Milán decidió abandonar esta inversión y planteó un ERE que ha acabado con 257 despidos de una plantilla de 900. Los trabajadores percibirán una indemnización de 55 días por año de trabajo. En el año 1999, Pirelli firmó un particular convenio con una doble escala salarial según la antigüedad en la empresa que fue un ejemplo ante las peticiones de flexibilidad que llegaban de los sectores empresariales.
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