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Un ex vigilante de seguridad que estuvo prestando servicio en el centro Punta Blanca ha presentado denuncia en Fiscalía en la que especifica que fue testigo de “cómo los menores del centro son esposados con grilletes a los pies de la cama, con los brazos en cruz y en posición claudicante, manteniéndose en esa posición durante horas”.
Así lo narra en la denuncia judicial que ha sido facilitada a ‘El Faro’ y en la que el denunciante cuestiona la labor prestada en el centro.
Este vigilante denunció los hechos el pasado 20 de enero, aunque ha sido ahora cuando se ha conocido. Curiosamente este trabajador lleva más de un año y medio apartado del centro y precisamente no se le renovó porque existía un informe en contra de la dirección. Los hechos que ahora pone en conocimiento tuvieron entonces que suceder hace más de un año y medio pero ha sido ahora cuando los ha trasladado al fiscal. Eso a pesar de que la Ley de Enjuiciamiento Criminal indica que los supuestos delitos que uno conoce deben ser denunciados de inmediato.
Siguiendo, no obstante, con la denuncia presentada, en la misma se indica que la “maniobra de inmovilización se hacía cuando el menor presentaba una conducta que desagradaba al personal encargado de su cuidado”, narra, “bien porque profería gritos o daba patadas o llamaba demasiado al timbre para reclamar atención”, especifica en la denuncia.
Esta queja se suma a la ya presentada, hace un par de semanas, por un interno que se había fugado del centro y forma parte de la línea de quejas que ha mantenido hasta la fecha CCOO y que ha provocado la presentación de dos denuncias contra miembros de este sindicato, una de la Ciudad y otra de todos los trabajadores del centro.
En la denuncia ante el fiscal el ex vigilante añade dos datos importantes. Primero, que, según su declaración, nunca vio que “se informase el juez o al fiscal de estas maniobras de inmovilización prolongadas durante horas”, especificando que “era frecuente que si el niño continuaba en su actitud se le amarraba a la cama con correas de sujeción que le inmovilizaban totalmente durante horas”. “Esta maniobra se hacía sin conocimiento del juez o el fiscal y sin control sanitario, sin médico ni ATS presente”.
Segundo, en la denuncia el ex vigilante asegura que “en una ocasión según las evidencias que pude obtener, todo indicaba que se facilitó la fuga de un menor, considerado especialmente conflictivo y que continuamente reivindicativo sus derechos, para evitar soportar las condiciones de trabajo que su presencia ocasionaba al personal del centro”, asegura. Según la denuncia la dirección tenía conocimiento de todo esto. Fuentes consultadas por este medio destacan que un vigilante de seguridad no tiene cometido directo con los menores ni tiene por qué saber lo que hace la dirección al respecto.