La declaración de varios testigos abre nuevas hipótesis sobre el origen de la reyerta del pub El Diamante en la que murió el vigilante jurado
Pola de Siero,
Manuel N. MORO / J. E. M.
El guardia de seguridad gijonés que murió el pasado sábado en Pola de Siero fue sacado a rastras, herido, del bar El Diamante, donde su presunto agresor le había asestado una puñalada con una navaja de grandes dimensiones, hasta la calle y abandonado en el suelo, según apuntan las investigaciones policiales y se desprende de las testificales recabadas. Ésta es una de las conclusiones que arrojan las pesquisas que han llevado a cabo la investigación durante los últimos días para tratar de esclarecer el caso. Éstas se han completado con las declaraciones de varios testigos que se encontraban en el interior del establecimiento cuando ocurrieron los hechos.
Precisamente, estas testificales, practicadas por los agentes encargados de la investigación y por el Juzgado de Siero que instruye la causa, han abierto el campo a nuevas hipótesis sobre el origen de la reyerta del bar El Diamante, la pelea en la que fue asesinado el vigilante de seguridad gijonés. Aunque en un primer momento se barajó, según pusieron de manifiesto fuentes cercanas a la investigación, que el fallecido, Miguel Rodríguez Morán, de 30 años, había mediado en una discusión que su presunto agresor, el dueño del establecimiento, de 24 años de edad, natural de Langreo y actualmente vecino de Pola de Siero, cuyas iniciales son A. C. P., mantenía con su novia, M. E. S. A., brasileña de 29 años de edad y camarera del bar, las testificales apuntan, ahora, que la causa de la reyerta pudo haber sido otra. Según las fuentes de la investigación pulsadas ayer, el desencadenante de la reyerta pudo ser una pequeña discusión -malentendido, según la Policía- que la víctima mantuvo con la mujer. Los aspectos de este desencuentro están aún por aclarar. Otra de las razones que apuntan en esta dirección es que en el Juzgado de Pola de Siero no se ha formulado causa de malos tratos contra el presunto agresor. De momento está acusado únicamente de homicidio.
Según pudo saber ayer este diario, el fallecido había pasado la tarde con su hermano y un compañero de trabajo por los bares de Pola de Siero, hasta que entró en El Diamante, el bar de la plaza de Les Campes regentado por su presunto homicida. En ese momento su hermano ya se había ido a casa. Ya en El Diamante, por razones que se desconocen, su compañero de trabajo salió del bar, momento en el que habría tenido lugar la reyerta.
Miguel Rodríguez Morán fue apuñalado con una navaja de grandes dimensiones en un costado. El autor del navajazo aseguró en su declaración que la navaja era de la víctima y que él la había recogido del suelo y se la había clavado fortuitamente. La agresión ocurría algo más tarde de las dos de la madrugada del sábado al domingo. El fallecido recibió una sola puñalada en un costado que fue suficiente para causarle la muerte. Según esta versión, una vez producida la herida, el agresor sacó al vigilante del bar a rastras y lo dejó tirado en la calle. Luego, según la versión policial, desalojó inmediatamente el establecimiento y se fue a su casa. De camino a su residencia, situada a pocos metros del bar en un portal de la avenida de Gijón, el agresor tiró el arma homicida en una alcantarilla cercana. La navaja fue encontrada al día siguiente por la Policía Nacional.
El gijonés perdió mucha sangre como consecuencia de la herida, que le alcanzó el corazón, y aunque fue atendido con prontitud por los servicios sanitarios, alertados por la Policía, murió mientras era trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias.
El presunto agresor se cambió de ropa y volvió a salir a la calle. Entró, entonces, en un discobar de la plaza de Les Campes. La Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía acordonaron la zona del suceso y montaron un operativo conjunto para tratar de localizar al presunto agresor, que fue detenido.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009021200_54_725564__Centro-gijones-asesinado-Pola-sacado-rastras-abandonado-calle