La Ertzaintza se encuentra en alerta máxima. ETA ha dado orden de atentar, antes del próximo 1 de marzo, contra un “objetivo cualificado”. Y entre ellos se encuentran los agentes de la Policía autonómica vasca, que han extremado las medidas de seguridad de una manera sin precedentes durante esta campaña electoral.
ETA lleva varios meses intentando asesinar a un ertzaina. Y quizás éste sea uno de los momentos más delicados para la seguridad de los agentes vascos. Los datos que manejan los servicios de Inteligencia indican que la cúpula etarra tiene en este momento especial animadversión hacia la Ertzaintza y que la orden de atentar contra ellos “ya está dada”.
Además, ETA va a intentar “por todos los medios” significarse durante esta campaña electoral vasca, la primera de la historia en la que no habrá ninguna lista de la izquierda ‘abertzale’.
Según ha podido saber El Confidencial Digital, los datos que manejan los servicios antiterroristas sobre un posible atentado “de gran repercusión” durante estos días contra una patrulla o un agente de la Ertzaintza son los siguientes:
-- Coche bomba. La táctica empleada y la que reportaría mayor ‘seguridad’ para los asesinos sería la de colocar un vehículo cargado con explosivos. Los coches policiales, además, no están blindados.
-- Al paso de una patrulla. Las órdenes que se han dado a la consejería de Interior vasca, y que el departamento ha transmitido a sus agentes, es que extremen la precaución en sus recorridos al salir de la comisaría. Estos días, las unidades multiplican sus desplazamientos ante el aumento de actos políticos y mítines en campaña. Es en esos trayectos donde se ha dado orden de vigilar al máximo la seguridad.
Los expertos de la lucha antiterrorista razonan que durante estos días hay una cierta limitación para ‘engañar’. Durante el resto del año, las patrullas de Brigada Móvil o de Seguridad Ciudadana de la Ertzaintza que acuden a actos ciudadanos o manifestaciones parten de diferentes comisarías para evitar ‘sorpresas’ durante su trayecto al lugar de la concentración. En campaña, y con la multiplicación de actos políticos, estas maniobras de despiste se reducen ya que las patrullas deben acudir de su propia localidad y el trayecto que realizan puede ser conocido con anterioridad.
-- Atentado del estilo de República Dominicana o Vallecas. El 14 de julio de 1986, el ‘comando Madrid’ explosionaba un potente coche bomba al paso de un minibús de guardias civiles por la plaza de República Dominicana. Murieron 12 agentes de la Benemérita y la banda terrorista comprobó así como era muy fácil explosionar un artefacto al paso de un vehículo, asesinando a cualquiera que viajase en él.
Casi diez años más tarde, en diciembre de 1995, ETA estalló otro coche bomba al paso de una furgoneta de la Armada junto al Puente de Vallecas. Murieron seis militares y 17 personas resultaron heridas.
El ‘modus operandi’ utilizado en ambas acciones por Iñaki de Juana Chaos o Juan Antonio Olarra Guridi, respectivamente, podría volver a ser imitado por los miembros de los ‘comandos’ etarras a las órdenes de Jurdan Martitegi. Según sospecha la Policía, el joven etarra quiere dar un golpe de mano importante para reivindicarse ante la dirección de la banda y una de sus acciones terroristas podría ser la descrita.
Perfil violento de Martitegi
Los miembros de la lucha antiterrorista llegan a la conclusión de que Martitegi ha dado la orden de cometer un ‘macroatentado’ tras analizar su perfil “extremadamente violento”, reconocen.
Jurdan Martitegi Lizaso ya ha sido detenido por la Ertzaintza y puesto en libertad en dos ocasiones por participar en diversos actos de ‘kale-borroka’. Huyó en 2006 después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitara para él una condena de 22 años por un ataque con 'cócteles molotov' contra el cuartel de la Guardia Civil de Galdakao en el que resultó herido un agente, en enero de 2000.
En 1998, se presentó ante el juez Baltasar Garzón después de su presunta participación en actos de violencia callejera. Quedó en libertad, pero fue acusado más tarde de atacar con 'cócteles molotov' la comisaría de la Ertzaintza en Amorebieta. También resultó absuelto de este cargo.
Martitegi ya ha pasado por la cárcel: fue detenido de nuevo el 5 de marzo de 2001 acusado de colocar un artefacto en los juzgados de Durango. Estuvo es las prisiones de Alcalá Meco y de Daroca. En esta última ingresó en las celdas de aislamiento tras protagonizar un incidente con los funcionarios.
Medidas en la Ertzaintza
El propio consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, advirtió el pasado 21 de enero –tras el comunicado de ETA en el que asumía el asesinato de Ignacio Uria- que la banda seguía “en activo”. Y adelantó que los terroristas intentarán, “por todos los medios, marcar el tiempo político” de los comicios.
De hecho, el departamento distribuyó internamente la pasada semana un documento en el que se pedía a todos los agentes que extremaran la precaución. Además, según publicó el diario El Correo, se han suspendido libranzas y vacaciones de los agentes para disponer de la totalidad de la plantilla durante las próximas dos semanas, se ha cambiado el sistema de trabajo para practicar de forma sistemática controles antiterroristas y se ha colocado servicio de escolta a los cuatro jefes de las unidades de la Policía vasca.
Estas medidas, sin precedentes, coinciden con un incremento de las amenazas hacia el cuerpo y su entorno: el pasado sábado, 30 encapuchados arrojaron ‘cócteles molotov’ contra un ‘batzoki’, y apedrearon una ofician del PNV. Asimismo, la ‘izquierda abertzale’ ha señalado a la Ertzaintza, a cuyos agentes grita “txacurras” o “fascistas”, como los “responsables directos” de que no hayan podido presentar sus listas en las elecciones.
Varios atentados frustrados
En los últimos meses, ETA ha intentado asesinar a algún miembro de la Policía vasca. Las bombas trampa de Hernani, el intento de masacre en Getxo, la olla de Zarautz o el atentado de Ondarroa, con 100 kilos de explosivo, son algunos ejemplos.
Incluso, un informe reservado advierte de un posible atentado coincidiendo con la disputa de un partido de fútbol de la Real Sociedad en el estadio de Anoeta –ver noticia-.
ETA ha asesinado a 13 miembros de la Ertzaintza desde 1985. El 7 de marzo, el Teniente coronel Carlos Díaz Arcocha, máximo responsable entonces del cuerpo, moría al explotar una bomba lapa colocada bajo del asiento de su coche.
Los últimos ertzainas asesinados por ETA hasta la fecha han sido Ana Arostegi y Javier Mijangos. Ambos fallecieron en noviembre de 2001 al ser tiroteados por dos integrantes del ‘comando Donosti’ mientras regulaban el tráfico en un cruce de la carretera N-I a su paso por la localidad guipuzcoana de Beasain.
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