• La alarma policial ha aumentado por la sospecha de que la banda quiere aparecer con un atentado
• Un grupo de 'batasunas' intentaron boicotear ayer un acto del lendakari y el lunes otro de López
ANA GARBATI
BILBAO
Las medidas de seguridad en torno a los actos de la campaña electoral vasca se han reforzado durante los últimos días. La policía multiplica su presencia alrededor de los candidatos en previsión de incidentes como los que ayer mismo protagonizaron una docena de jóvenes radicales que pretendían boicotear la intervención de Juan José Ibarretxe en Bilbao. Además, la previsión de un posible atentado de ETA para interferir en las elecciones mantiene en alerta a las fuerzas de seguridad.
Las luces rojas se encendieron especialmente el pasado sábado cuando jóvenes seguidores de la candidatura vetada por el Tribunal Supremo, Democracia 3 Millones (D3M), sembraron el caos en el centro de la capital vizcaína después de que la Ertzaintza disolviera la marcha prohibida por el juez Baltasar Garzón.
La violenta reacción de los extremistas herederos de Batasuna aconsejó intensificar ya desde el mismo domingo los dispositivos de vigilancia y protección que, de forma discreta, estaban en marcha desde el comienzo de la campaña, el día 13.
GRITOS Y ATAQUES
Fue el candidato socialista Patxi López, el que el lunes sufrió el primer intento de boicot durante un acto programado por la mañana en el barrio bilbaíno de Rekaldeberri. Una decena de jóvenes interrumpieron a gritos su discurso mientras simpatizantes socialistas les plantaban cara.
Ayer, y en otra plaza bilbaína, la de Miguel de Unamuno, los radicales lo intentaron de nuevo durante un acto del PNV. Con gritos de "independencia" primero y de "PNV, traidor" después, quisieron acallar al lendakari, que minimizó el incidente, abortado por la rápida intervención policial.
La Ertzaintza confirmó que tras los altercados identificó a 12 jóvenes y que a todos ellos se les abrirán diligencias como imputados por infringir la ley electoral.
Además, durante la tarde del miércoles, varios encapuchados atacaron oficinas electorales del PNV en Bilbao y en la localidad vizcaína de Sestao. La semana pasada también fueron objeto de ataques otra sede peneuvista en el municipio vizcaíno de Durango y la Casa del Pueblo de Elorrio (Vizcaya) en la que los violentos provocaron cuantiosos daños.
RIESGO ALTÍSIMO
El temor a un atentado está muy presente en todas las fuerzas políticas, conscientes de que ETA siempre ha intentado utilizar las elecciones como altavoz. Aunque en algunas ocasiones lo ha hecho en forma de comunicados o aparatosos vídeos propagandísticos, en otras, los terroristas han causado víctimas, como ocurrió en las últimas generales con el asesinato del exedil socialista Isaías Carrasco.
También los responsables de la lucha antiterrorista han concluido que "el riesgo" de un atentado es ahora "altísimo" por lo que se han dado instrucciones muy concretas con el fin de que nadie baje la guardia. "Se están poniendo todos los medios posibles para evitarlo", reconocen fuentes del Gobierno vasco precisando, eso sí, que garantizar la total seguridad resulta imposible.
SIN LÓGICA
Los distintos responsables de campaña de los partidos coinciden en pensar que esta vez ETA intentará también dejar su huella. Ni siquiera les tranquiliza saber que la petición de voto nulo realizada por la izquierda aberzale implica que la consigna es la de acudir a las urnas y medir así sus fuerzas, por lo que un atentado con víctimas podría frenar a un sector de sus propios votantes, aquel más refractario a las armas aunque no lo confiese.
"Pero eso es pensar con lógica y los expertos nos dicen que con estos la lógica no vale", confiesa un nacionalista cercano a Ibarretxe.
A pesar de todo, los candidatos no han renunciado a los actos de campaña en la calle, que son de más difícil control. El aviso de "peligro" se reitera cada día.
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