Las Palmas de Gran Canaria.- El fiscal imputa un delito de incendio forestal al vigilante Juan Antonio Navarro que provocó con una cerilla el incendio de julio de 2007 en Gran Canaria y solicita al Gobierno de Canarias, al Cabildo y a los municipios afectados que aporten la documentación requerida por el juzgado.
En un escrito, dirigido al juzgado de Arucas que instruye la causa, que será juzgada por un tribunal jurado, el fiscal de Medio Ambiente Guillermo García Panasco señala que aún están por determinar el número de personas y entidades públicas y privadas dañadas por el incendio y el importe económico.
El fiscal solicita que se practiquen las oportunas diligencias para que las administraciones afectadas aporten la documentación que les ha requerido en varias ocasiones el juzgado.
Así mismo, pide que se efectúe un informe para evaluar los daños causados por el fuego, que, tras iniciarse el 27 de julio y extinguirse el 1 de agosto, arrasó 19.291 hectáreas y obligó a la evacuación de 4.550 personas de los municipios de Tejeda, Mogán, San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana.
Según el fiscal, el imputado, de 39 años, que había sido contratado como vigilante forestal por la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan) desde el 1 de julio de 2007 hasta la "finalización del servicio", provocó con una cerilla el incendio.
El día 27, cuando se dirigía con el vehículo de Gesplan al lugar habitual de su trabajo, el puesto de "La Alsandra", hizo una parada y, a unos 300 metros de la Casa Forestal donde se llevaba a cabo un programa de recuperación del Pinzón Azul, ave en peligro de extinción, prendió fuego a unas acículas secas (pinocha).
El fuego se propagó rápidamente, por el lugar escogido y las condiciones climáticas, y el propio vigilante lo comunicó al Centro de Coordinación Operativa Insular (Cecopin) y atribuyó su autoría en un primer momento a unos jóvenes que decía que había visto por la zona.
Según el fiscal, el vigilante, natural de Tejeda, conocía la zona y el trabajo que desempeñaba, pues había sido contratado para ello en anteriores ocasiones, así como la riqueza natural de los parajes afectados, entre ellos la Reserva Natural Integral de Inagua y las Zonas de Especial Protección de Aves de Ojeda, Inagua y Pajonales.
En esta zona, además de existir una gran presencia de pino canario, se encuentra una población limitada de unos 200 ejemplares de Pinzón Azul de Gran Canaria.
Según datos recabados por el Seprona de la Guardia Civil, desde el punto de vista ambiental, la Reserva Natural Integral de Inagua se vio afectada en su totalidad; el Parque Natural de Pilancones, en un 70 por ciento de su superficie; y el Paisaje Protegido de Fataga, en un 18 por ciento.
Así mismo, afectó a un 60 por ciento del Monumento Natural de Tauro y a cerca de un 3 del Parque Rural del Nublo, así como a los palmerales cubiertos por la especie "Phoenix Canariensis" de Veneguera, La Cogolla, Barranco de Mogán, Chamoriscán, Barranquillo de San Andrés, Barranco de Arguineguín y Los Palmitos, entre otros.
Según informe de la Dirección General del Medio Natural del Gobierno de Canarias, el 87,2 por ciento del área afectada por el incendio (unas 13.389,73 hectáreas) tiene la consideración de Lugar de Interés Comunitario, mientras que el 60,96 por ciento (9.358,03 hectáreas) está designada como Zona de Especial Protección para las Aves.
http://www.soitu.es/soitu/2009/03/13/info/1236966335_463022.html