La Cena y El Lavatorio protagonizan las procesiones de la noche
Con la noche cerrada y la luna llena sobre el cielo oriolano partieron ayer del Museo de Semana Santas las cofradías de La Santa Cena y El Lavatorio. Después de una tarde de frenética actividad pasional las dos agrupaciones que cierran la jornada de Miércoles Santo pusieron el broche de oro que deja paso al recogimiento del Jueves Santo con El Silencio y el Cristo de la Buena Muerte.
Algo más tarde que el resto de los días partió el cortejo hacia Monserrate. Las puertas del santuario de la patrona se cerraron anoche con todos los tronos dispuestos a tomar parte en la procesión de Viernes Santo.
Como novedad en los cortejos de ayer, La Cena sacó un recién restaurado Trono Insignia que ha visto como las manos del hijo de uno de sus artífices, Domingo García Quinto, le hacían brillar con la misma luz que al principio desde sus talleres albaterenses. El presidente de la cofradía, al tiempo máximo responsable de la Junta Mayor y Caballero Cubierto del 2009, Eduardo Ferrández, explicaba que se ha renovado la moldura y el oro, además de que se ha puesto a este trono iluminación. Pero esa no era la única novedad del principio de la procesión, ya que un grupo de Caballeros Templarios escoltó al cáliz que se representa en la insignia de una agrupación pasional nacida en el seno del barrio del Rabaloche, lo mismo que la comparsa que solicitó su participación en la procesión vestidos de blanco y rojo, igual que los nazarenos de La Cena.
Nueve templarios custodiaron, tal y como reza la mezcla de historia y leyenda que rodea a esta orden, el Santo Grial. Para dar más realce a este estreno la cofradía contrató una banda más de música con el objetivo de que acompañara a los del Temple que salieron por detrás del tumultuoso grupo infantil. Así, los pasos de La Santa Cena y Nuestra Señora de Los Ángeles lucieron con más majestuosidad si cabe de lo habitual.
Otra de las más vetustas cofradías de la Semana Santa de Orihuela, la Real Archicofradía y Mayordomía de Nuestra Señora del Pilar y Real Cofradía del Lavatorio, fundada en 1758, cerró la procesión. La noche volvió a vibrar con los compases de la Tosca de Puccini que acompaña a sus imágenes, entre las que destacó la de San Pedro Arrepentido, encargada a Francisco Salzillo en 1759 y que este año ha culminado su rehabilitación y recuperado las lágrimas del Apóstol. La segunda de las joyas que atesora El Lavatorio, su paso titular también obra de Salzillo del mismo año en el que echó a andar la agrupación pasional cerró el desfile en el que los dos tronos estuvieron acompañados por Nuestra Señora de La Esperanza, como siempre, a hombros de sus pilares.
http://www.laverdad.es/alicante/20090409/provincia/escolta-templaria-para-santo-20090409.html