Esposas, hermanos, nueras, primos... El flamante vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, y su número dos en el nuevo Ministerio de Política Territorial, Gaspar Zarrías, han dejado colocados al menos a 10 parientes en instituciones y empresas públicas de Andalucía antes de desembarcar en Madrid. "La Junta, más que un Gobierno, parece una empresa familiar", aseguraba ayer a El Confidencial, entre indignado y sarcástico, el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, mano derecha del presidente regional, Javier Arenas.
Tras casi dos décadas como presidente de la Junta de Andalucía, y después de meditarlo durante varias semanas y consultarlo con su esposa, Antonia Iborra, y sus dos hijos, Iván y Paula, Chaves aceptó a finales de marzo la oferta de José Luis Rodríguez Zapatero para incorporarse al remozado Gobierno central como vicepresidente y ministro de Política Territorial. Pero antes impuso sus condiciones.
Chaves exigió a Zapatero que fuese José Antonio Griñán, otro viejo felipista como él, su sucesor en la Junta, y no la candidata preferida por Ferraz, Mar Moreno. Y, además, se llevaría a Madrid a su núcleo duro en el Ejecutivo andaluz, encabezado por el todopoderoso Zarrías, hasta ahora vicepresidente primero y consejero de Presidencia, además de secretario general del PSOE de Jaén.
El secretario general del PP andaluz parafrasea a Arenas, su jefe de filas, cuando afirma que la designación de Griñán -que ayer logró el respaldo unánime del Comité Director del PSOE andaluz para relevar a Chaves- "demuestra que el banquillo del PSOE tiene más de 60 años. Con Griñán no hay cambio generacional, porque él y Chaves son lo mismo, sino la perpetuación de un régimen", sostiene Sanz. Y en ese "régimen" abundan, añade, los "favores familiares". O sea, presunto nepotismo.
Nombramientos 'a dedo'
Leonardo Chaves, hermano del recién nombrado vicepresidente tercero del Gobierno, es director general de Tecnología e Infraestructuras Deportivas de la Junta, cargo que ya ejerció en la legislatura anterior. Y mucho antes, a mediados de la década de los 90, fue colocado a dedo por su hermano en la Diputación de Sevilla como responsable del Área de Deportes.
En 2006, Leonardo se vio envuelto en un escándalo -que acabó salpicando a Chaves- cuando trascendió que, desde su cargo en la Junta, adjudicó contratos a la empresa Climo Cubiertas, de la que era apoderado y accionista su hermano Antonio José. En sólo dos años, los contratos de la compañía con la Junta casi se triplicaron, hasta alcanzar los 4,8 millones de euros. El PP exigió la creación de una comisión de investigación en el Parlamento andaluz para aclarar los hechos, pero el PSOE se negó.
"El Parlamento andaluz tiene el nada honroso récord de comisiones de investigación solicitadas y rechazadas", añade Sanz. "Desde 1996 hemos pedido nada menos que 74 comisiones, entre ellas la de los negocios de los hermanos Chaves, y los socialistas no han aceptado ninguna. Ni una sola", se lamenta el número dos del PP andaluz.
Otro hermano, Carlos María Chaves, es coordinador de Seguridad de la Junta, cargo al que accedió desde un modesto puesto de vigilante privado. Otro más, Francisco Javier, pasó de auxiliar administrativo en Canal Sur, la televisión pública andaluza, a jefe del Departamento de Servicios Generales de la cadena autonómica, responsabilidad que ejerce actualmente. Su hermana Rosa María también cobra una nómina de la Junta: ejerce de médico en el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Pero hay más. La nuera del ex presidente andaluz, Rocío Cabet, casada con su hijo Iván Chaves, también entró enchufada en Extenda, una agencia pública de la Junta dedicada a la promoción de la comunidad autónoma en el exterior. Y un sobrino del vicepresidente tercero del Gobierno, Leonardo Chaves Marín, arquitecto técnico de profesión, fue contratado a dedo por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira (Sevilla), en manos del PSOE, para la Gerencia Municipal de Servicios Urbanos.
Esposa y primos
El número dos de Chaves no le va a la zaga como supuesto padrino de familiares cercanos. Zarrías, futuro secretario de Estado en el Ministerio de Política Territorial, colocó a su esposa, Germana Caballero, primero en la Consejería de Educación y posteriormente en el departamento de Relaciones Institucionales de la Universidad Internacional de Andalucía.
Su primo José Carlos Alarcón Arévalo (este último es el segundo apellido de Zarrías) fue nombrado en 2004 consejero delegado de la Sociedad Andaluza para el Desarrollo de las Telecomunicaciones (Sandetel). Y antes ocupó el cargo de secretario general de la Sociedad de la Información de la Consejería de Presidencia de la Junta, precisamente la que dirigía hasta hace unos días su primo Gaspar Zarrías. La esposa de Alarcón, Mari Paz Albors, también fue colocada a dedo en Canal Sur, donde ejerció de secretaria del ex director general Rafael Camacho.
Otra prima, María Eugenia Valdivielso Zarrías, es teniente de alcalde y concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Martos (Jaén), provincia en la que Zarrías, pese a su desembarco en Madrid, sigue ejerciendo el cargo de secretario general del PSOE.
Pero no sólo Chaves y Zarrías han favorecido a sus familias con puestos de trabajo en la Administración autonómica. Otros muchos altos cargos de la Junta han seguido su ejemplo, como demuestra documentalmente la revista digital Por Andalucía Libre, que dirige el periodista, guionista y escritor Pedro de Tena.
http://www.elconfidencial.com/cache/2009/04/14/espana_7_chaves.html