Patata caliente para el Ayuntamiento. Los trabajadores de Viesur entregaron ayer las llaves del aparcamiento subterráneo de Álamos, tres años después de su apertura. El motivo, los impagos por parte de la empresa adjudicataria. El parking cierra y siete discapacitados están en paro.

La infraestructura que fue el buque insignia de la pasada legislatura, el parking subterráneo, queda a la deriva. Las instalaciones, abiertas en abril de 2006, permanecen cerradas desde ayer a mediodía.

La empresa Viesur, un centro especial de empleo de discapacitados, dejó de prestar el servicio ante los impagos de Alcalaína de Aparcamientos, filial de Aconsa, la adjudicataria de la gestión del parking subterráneo. Las cantidades pendientes de cobro, según las fuentes, superan los treinta mil euros y corresponden a retribuciones desde noviembre de 2008.

Las dos consecuencias prácticas son de gran calado. Por un lado, las instalaciones quedan sin control alguno y, por otro, van al paro las siete personas que dependían de estas labores. La falta de pago estaría en la complicada situación económica de Aconsa. El presidente de Viesur, Manuel Arjona, declina, “por el momento”, hacer declaraciones.

A raíz del cese de la vigilancia, se colocaron distintos carteles que explican que el parking está “cerrado” y sólo disponible para abonados y los dueños de plazas. Además, aparecen unos números telefónicos de contacto. La marcha de Viesur fue comunicado al Ayuntamiento y a la comunidad de propietarios de la planta inferior. Sin embargo, la falta de control propicia que el aparcamiento pueda ser utilizado, de forma gratuita, por cualquier persona que lo desee. De hecho, la barrera de salida se encuentra levantada y la cabina vacía. Ante el panorama, los vecinos alertan sobre el riesgos de robos y actos vandálicos y piden que se tomen medidas para que no se estacione de forma indiscriminada en la parte superior, que funcionó, hasta ayer, mediante el sistema rotatorio, de pago. La marcha de Viesur coincide con las obras que ejecutan operarios municipales en las dependencias para atajar las humedades y dar mayor realce a esta importante obra.

Los impagos suponen un duro golpe para el centro especial de empleo, que ya sólo está al frente de la zona azul de las calles Acera de la SAFA (antes Álamos) y Real. Los próximos días serán decisivos para conocer qué ocurre con los operarios y con la infraestructura subterránea, situada en pleno centro del casco urbano alcalaíno. El recinto funcionaba veinticuatro horas a lo largo de los 365 días del año. Juan Rafael Hinojosa /Alcalá
Prematuro final del servicio

Las condiciones de adjudicación estipulaban una concesión para cincuenta años, por lo que todavía restarían cuarenta y siete por cumplir. La constructora Aconsa asumió la ejecución de las obras, tanto en el interior como en la superficie. Los trabajos suscitaron fuertes críticas vecinales y empresariales derivadas de las molestias causadas y por las tardanza en la terminación de las labores.

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