http://www.nortecastilla.es/20090524/valladolid/cien-empresas-cristobal-blindan-20090524.html
El quinto robo en diez meses llevó a la empresa de maquinaria Iscarent al borde de la quiebra a principios de mes. Sus 18 trabajadores, cansados de las pérdidas ocasionadas por los ladrones, colocaron entonces un cartel en la entrada en el que reclamaban más vigilancia policial ante la oleada de robos que ellos y el resto de empresarios del polígono de San Cristóbal, más de mil trescientos, sufren desde hace más de un año.
Muchos de ellos, en torno a un centenar, han decidido tomar cartas en el asunto y blindar sus naves a través de los servicios de una empresa de seguridad privada que les garantiza que sus vigilantes llegarán a sus instalaciones en un máximo de dos minutos y veinte segundos -el trayecto más largo desde su centralita en pleno corazón del área industrial hasta el punto más alejado- en caso de que salte la alarma a cualquier hora.
El modelo, importado de ciudades como Madrid o Zaragoza, persigue lograr un «efecto disuasorio» hacia los delincuentes ante la inmediatez de la respuesta de los vigilantes, apostados en una oficina en el centro del polígono.
«Nuestros empleados pueden llegar mucho antes que la Policía a cualquier punto de San Cristóbal y, en cualquier caso, avisan de inmediato a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para que acudan al lugar de los hechos y les facilitan las llaves de la empresa -cuenta con un servicio de guarda- para que accedan a ella sin necesidad de esperar al dueño», resume el gerente de la empresa Prevent Security Systems, Francisco Crespo.
Más delitos con la crisis
Su sistema, que incluye la colocación de una alarma conectada a la centralita de los vigilantes, ha tenido una buena acogida entre los empresarios de un polígono que sufre una media de cinco robos con fuerza cada mes -algunas fuentes elevan esa cifra, incluso, hasta un robo diario-. «Estamos en un periodo de recesión y en los últimos meses hemos detectado un incremento de los robos y este servicio es un arma más contra ellos», resume el gerente de la asociación de empresarios Cerro de San Cristóbal, Severiano Martín.
Tanto es así que la empresa de seguridad cuenta ya con 101 abonados y tiene en cartera a otro medio centenar. Ninguna de ellas, según destaca el responsable de Prevent, «ha sufrido robos en los dos meses que llevamos trabajando en este polígono y cuando ha habido un conato hemos actuado con rapidez para evitar el delito».
La mayor acumulación de robos la vivió el polígono a finales de octubre del año pasado, cuando nueve empresas fueron desvalijadas en un periodo de apenas dos semanas. Los delincuentes, en su mayoría, «buscan el dinero de la caja fuerte o de las tragaperras, en el caso de los bares, y género cuando estamos en el periodo de vacaciones», explica el portavoz de los empresarios, quien recuerda que la agrupación de propietarios llegó a un acuerdo con las Fuerzas de Seguridad para garantizar que su tiempo de respuesta rondara los «tres o cuatro minutos» en cuanto saltara una alarma.
Pese a todo, los robos siguen produciéndose en el polígono y algunos empresarios, como el dueño de la empresa de ingeniería Agroindus, Eduardo Orozco, optó por contratar el sistema '2,20' -por el tiempo de respuesta- después de que sus instalaciones sufrieran un robo antes de ser inauguradas hace unos meses. «Ya nos robaron entonces rompiendo las puertas y, aunque no hemos tenido más sustos, nuestro edificio es acristalado y necesitábamos vigilancia».
«Más protegidos»
Lo mismo opina el responsable de la firma de comercio exterior Gescoex, César Casado, quien confirma que «en los últimos meses hemos visto que proliferan los robos y con este sistema parece que estamos más protegidos». Su miedo a posibles asaltos la transmite también el propietario de Electroindux, Jesús Hernando. El empresario confirma que «la preocupación por los robos existe y, al menos, estamos intentando poner el mayor número de trabas posibles».
El gerente de Prevent, por su parte, recuerda que con su sistema, los empresarios también pueden evitar las multas, de entre 600 y 3.000 euros, en el caso de que la alarma sea falsa. «Nosotros comprobamos lo que ocurre y si vemos que no es nada, la desactivamos». Sus vigilantes, que cuentan con formación policial, van equipados con defensas y grilletes