Enrique Rivera fue el primer vigilante de seguridad del Polígono Industrial de San Cibrao, custodiándolo por las noches durante 29 años. Ahora acaba de jubilarse.
Fue testigo del desarrollo del Polígono Industrial de San Cibrao, al que tuvo que custodiar como vigilante de seguridad durante 29 años y al que, aún ahora, ya jubilado, lleva en el alma y recorre prácticamente a diario. Porque Enrique Rivera es de esos hombres que aman su oficio, que lo dan todo y que no se olvidan con facilidad del esfuerzo y trabajo realizado. ‘Hubo noches que llegué a pasar miedo, que temí por mi vida, pero debía realizar mi trabajo, evitar que los ladrones robarán en las empresas’, asegura.
¿Cuántos años estuvo de vigilante de seguridad?
Un total de 29 y siempre en el Polígono Industrial de San Cibrao. No trabajé como vigilante en ningún otro lugar.
¿Cómo le surgió este puesto de trabajo?
Me lo pidieron los empresarios. Acababa de llegar de Alemania, donde estuve emigrado y trabajé en una fabrica de Coca-Cola. La Asociación de Empresario del Polígono me propuso si quería encargarme de la vigilancia del espacio industrial y acepté. Así, comencé como vigilante de seguridad y no me arrepiento.
Prácticamente vio cómo evolucionaba el polígono industrial
Sí, entonces ya había varias calles y empresas como la fábrica de cervezas San Martín, La Región y Forjas Galfor, además de talleres de coches, muebles y aparatos de electricidad.
Y usted tuvo que encargarse de evitar que los ladrones entraran en las naves.
Sí, lo primero que hice fue limpiar al polígono de indeseables y de conductores que circulaban por las distintas calles cuando eran ajenos a la activi dad que se llevaba a cabo en las empresas. Cuando comencé, el espacio industrial era punto de referencia para muchas parejas, que encontraban en las distintas calles el lugar adecuado para amarse sin que los vieran familiares y conocidos. Yo no sabía si eran una pareja o un par de ladrones y me planteaba echar a toda la gente que no tenía nada que ver con la acti vidad empresarial.
¿Tuvo problemas?
Sí, hubo noches que pasé miedo, temía por mi vida porque no sabes bien a quién te enfrentas. Pero que quede claro que colaboré mucho con las fuerzas de seguridad, sobre todo la Guardia Civil, a la que llegué a acompañar para esclarecer robos en los alrededores del polígono. Siempre tuve buena colaboración con la Guardia Civil.
¿Entonces, seguro que había menos criminales?
Había robos como ahora. Tenía que estar atento para evitarlos. Llegué a sorprender a ladrones en el interior de una nave y los conduje a la calle.
¿Cómo ve la profesión de vigilante de seguridad, hay mucho intrusismo?
Hay intrusismo como en todos los sectores. Es una buena profesión, aunque debería haber más cursos de preparación. Los vigilantes deberían tener más medios para realizar bien su profesión.
¿Está bien remunerada su profesión?
Cobramos un sueldo normal, que da para vivir, pero lo más importante no es el dinero, sino la seguridad. Un vigilante debería ir armado y, repito, dotarlo de medios para hacer bien su trabajo y responder de ello ante las personas que los contratan.
Sus compañeros acaban de homenajearle, ¿espera que hagan lo mismo los empresarios del Polígono?
Tuve un homenaje el pasado 15 de mayo de mis compañeros y se lo agradezco mucho. Fue muy emotivo reencontrarme con mis compañeros de profesión. Los empresarios seguro que también lo harán, porque fueron muchos años de servicio
Enrique Rivera Fernández. (Foto: Xesús Fariñas)
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