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* EFE,
* Madrid
El jefe de la Policía Local de Alcalá de Henares ha asegurado hoy que el agente Antonio T.C., acusado de denegación de auxilio por no acudir en ayuda de un vigilante que resultó herido de muerte en una pelea a pocos metros del Ayuntamiento en el que estaba de servicio, hizo lo que debía.
El policía cumplía una labor de vigilancia interna del edificio del consistorio la mañana del 1 de enero de 2007, cuando un grupo de jóvenes entraron en la pista de hielo situada en la plaza que se encuentra delante y se enzarzaron en una pelea con el vigilante, en la que éste recibió dos puñaladas que le causaron la muerte.
Varios testigos han afirmado en el juicio que se celebra desde el lunes en la Audiencia Provincial de Madrid que una limpiadora que se encontraba en la plaza acudió a avisar al policía de lo que estaba ocurriendo y pedirle que interviniera, a lo que el agente se negó, alegando que estaba solo y no podía abandonar su puesto.
En su declaración, Antonio T.C., para quien el fiscal pide una multa de 36.000 euros por los delitos de denegación de auxilio y omisión del deber de perseguir el delito, explicó que tras hablar con la limpiadora llamó desde dentro del ayuntamiento a la central de Policía de la localidad para pedir que enviaran una patrulla de refuerzo, que acudió a los pocos minutos.
El Jefe de la Policía Local de Alcalá de Henares, Ricardo Castillo, ha afirmado hoy que esta actitud "está dentro de lo correcto policialmente", ya que la función que cumplía el agente "es equiparable a la de un centinela, no puede abandonar su puesto" aunque vea que se produce un incidente en los alrededores.
En la vista han declarado también esta mañana varios amigos de Francisco Javier A., acusado de la muerte del vigilante Ioan Grancea, que han respaldado su versión de que cuando llegó a la pista se encontró allí con una pelea entre otro grupo de jóvenes y el fallecido y se detuvo a mirar sin participar en los hechos.
El acusado, según sus amigos, sólo se enfrentó al vigilante cuando éste se dirigió a él blandiendo un palo de hockey.
Uno de los testigos ha afirmado, que, cuando se alejaban de la plaza, Francisco Javier le comentó que "creía que le había pinchado", pero que no sabía exactamente lo que había pasado "porque el vigilante llevaba mucha ropa".