El 'mosso' que frustró un robo en un centro comercial de Getafe explica cómo encañonó a uno de los asaltantes
"Aguanté sin disparar. No quería hacerlo. Mi mujer estaba allí y podría haber resultado herida en medio de un tiroteo". Un día después de abortar un robo con fuerza en un centro comercial de Getafe, el mosso d'esquadra Enrique Ortuño, de 38 años, relata su actuación con un desparpajo que asombra. En unos pocos pero densos segundos, el policía puso su vida en peligro para ahuyentar a cuatro atracadores. Ortuño, sin embargo, se siente más abrumado por las felicitaciones de sus jefes y la persecución de la prensa que por el recuerdo de un riesgo evidente.
Uno de los ladrones logró sacar el arma y apuntar a Enrique Ortuño, de 38 años
La policía busca a la banda, que huyó en un Volvo negro
El singular episodio (no es habitual que un mosso evite un atraco en Madrid) ocurrió el martes a mediodía en el centro comercial Nassica, en un polígono industrial de Getafe. Ortuño trabaja en L'Hospitalet (Barcelona), pero disfrutaba de unos días de permiso para asistir, en la capital, a la boda de su hermano. Antes de coger el AVE para regresar a casa, él y su mujer fueron de compras al parque comercial de Getafe, que está inspirado en el famoso cubo de Rubbick.
"Aparqué en una hilera llena de vehículos. Entre ellos había una furgoneta de Prosegur", relata Ortuño, que ha sido agente de la Guardia Civil toda la vida y, hace un año, se incorporó a los Mossos d'Esquadra para mejorar su situación laboral. El ahora policía autonómico vio cómo cuatro individuos se acercaban a la furgoneta de la empresa de seguridad privada. "Llevaban ropa deportiva y oscura. Algunos se habían cubierto la cabeza con una gorra clara".
Dos de los cuatro asaltantes (el piloto y el copiloto) se acercaron al vehículo con palancas de hierro. "Empezaron a forzar la puerta de atrás". Ortuño ya no tuvo ninguna duda de que estaban cometiendo un atraco y, sin pensarlo dos veces, les dio el alto. "¡Quietos, policía!", gritó. No dijo que era mosso porque, probablemente, los delincuentes no le habrían comprendido. La reacción de la banda fue pasar al contraataque: el que llevaba la voz cantante se levantó la camiseta y metió la mano en la parte delantera del pantalón, de donde sacó una pistola.
Como si se tratara de un duelo entre pistoleros del lejano Oeste, Ortuño también echó mano de su arma -él la llevaba oculta en la espalda- y apuntó al presunto delincuente. Por fortuna para él, fue más rápido. "Cogí mi arma, le encañoné y le dije algo así como 'ni se te ocurra disparar'. Estaba a sólo dos metros de ellos, pero tenía una posición dominante", reflexiona.
La cosa se complicó en pocos segundos. Uno de los dos asaltantes que permanecían en el coche en marcha -habían previsto un palo rápido y limpio- esgrimió, éste sí, otra pistola y apuntó a Ortuño. Ambos mantuvieron las armas en alto durante unos segundos que, para el policía, fueron eternos. "Al final, no sé por qué, decidieron huir a toda castaña con el coche".
El vehículo, que la policía está tratando de localizar, es un Volvo negro de gran cilindrada. Ortuño acompañó la huida con su pistola. "Apunté en todo momento al coche hasta que lo perdí de vista para proteger a las personas que estaban en el aparcamiento". Para alivio del mosso, no tuvo que utilizar el arma y nadie realizó un solo disparo. Todo lo contrario de lo que ocurrió el lunes en el centro comercial Islazul, de Carabanchel. Allí, dos personas resultaron heridas tras un tiroteo durante el atraco a un furgón blindado. La de Getafe sólo era una furgoneta para instalaciones de Prosegur.
"Evité usar el arma para proteger a mi mujer y al resto de gente. Si llego a escuchar una detonación, me pongo a disparar como un cabrón. Pero no hizo falta". La escena fue presenciada por una decena de personas. Tras el momento de máxima tensión, Ortuño tuvo la sangre fría de avisar a la policía. "La gente estaba un poco pillada. Se preguntaban qué hacía un mosso con una pistola en la mano. Luego fue fácil aclararlo todo".
El agente tuvo que explicar el suceso en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Getafe. Explicó que estaba fuera de servicio y de permiso. También relató que había utilizado su arma personal, y no la reglamentaria del cuerpo de Mossos d'Esquadra.
La policía organizó un amplio dispositivo para tratar de localizar a los asaltantes. Fuentes de la investigación señalan que podría tratarse de un grupo muy activo de ladrones procedentes de los países del Este. También se está analizando qué hacía una furgoneta de esas características en el aparcamiento. "Puede ser que un empleado pasara un momento por el centro comercial. O que fuera a hacer algún tipo de reparación. Todavía no sabemos exactamente qué ha pasado", indicó un portavoz de Prosegur.
Mientras la investigación sigue su curso, Ortuño y su mujer tratan de descansar. Su teléfono echó humo durante todo el día de ayer. Recibió la llamada de varios mandos policiales. Entre otros, del jefe de los Mossos, el comisario Josep Milán. También el Ayuntamiento de Getafe decidió felicitarle por una "excelente labor" mientras estaba "fuera de servicio". Para aprovechar el tirón, los Mossos d'Esquadra -que en eso de buena imagen no andan sobrados últimamente- le llevaron ayer a su comisaría, la de L'Hospitalet, para atender a la prensa. Por la tarde, Ortuño estaba agotado. "Todo esto está muy bien, pero... ¡Un poco más y me dejáis sin ver la final de la Champions!".
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Evite/disparos/proteger/mujer/elpepuespmad/20090528elpmad_5/Tes