Javier Guerra se reunió ayer con la dirección de la textil para desbloquear el diálogo
La dirección de Caramelo optó ayer por reforzar la seguridad en la reapertura de la fábrica tras los incidentes del pasado jueves. A las siete de la mañana, tal y como había ordenado la Consellería de Traballo tras el cierre patronal del viernes, los empleados empezaron a reincorporarse a sus puestos de trabajo, previa identificación, eso sí, en el punto de control de acceso. Entraron también los 24 trabajadores denunciados por la dirección por los desperfectos ocasionados en el encierro del jueves. De ellos, diez recibieron ayer mismo la carta de despido, entre los que se encuentran cuatro miembros del comité de empresa, incluida su presidenta, Isabel Muíños.
Ya en el interior, el recinto era custodiado por agentes de seguridad privada, uno por sección. «Parecía un estado policial», se quejaban los sindicatos. Pese a que la policía no se desplazó a la fábrica de la textil en A Grela, como había reclamado la empresa en su denuncia, el ambiente de trabajo fue de «total normalidad», según reconocieron fuentes de la dirección de Caramelo.
Flotaba, no obstante, un clima enrarecido tras el anuncio de que la empresa ha iniciado ya los trámites para declararse en concurso de acreedores. Hasta la propia conselleira de Traballo, Beatriz Mato, mostró ayer en A Coruña su «disgusto» por haberse enterado del trámite judicial por la prensa. Una decisión que, según ella, «es una manera de desviar el diálogo y enturbiar el ambiente».
Con todo, los sindicatos -que anunciaron que empezarán de inmediato los trámites para recurrir los despidos- prefirieron no forzar la situación y aplazaron la convocatoria de movilizaciones hasta que la Xunta las convoque a una mesa de diálogo con la empresa.
Mediación institucional
Un proceso de negociación que ayer trató de desbloquear el conselleiro de Industria, Javier Guerra, que se desplazó hasta A Coruña para entrevistarse con los representantes de la dirección de Caramelo. En el encuentro, según informó el departamento autonómico, la Administración analizó con la empresa los acontecimientos de los últimos días y pactó la celebración de una nueva reunión con los sindicatos esta misma semana, que contará con la mediación de un representante de Industria.
Con todo, la Xunta rehusó concretar si se abordó la negociación abierta por Caramelo con sus acreedores, entre los que se encuentra el Gobierno gallego, que otorgó 27 millones de préstamos y avales.
http://www.lavozdegalicia.es/dinero/2009/06/16/0003_7787710.htm