EL ESPOSO DE GABRIELA RUFANACHT CUENTA LO QUE OCURRIO EN UNA ESTACION DE TREN DE ZARAGOZA
"Mi esposa sigue de baja médica porque, cuando Francisco Franco la empujó violentamente contra un ascensor, sufrió hematomas en la espalda, omóplato y un hombro. Por la cercanía de la columna o de la cabeza las cosas podrían haber sido más graves, pero por suerte pronto estará bien. También tuvo otros golpes de los que ya está repuesta. Ahora le van a hacer una resonancia magnética porque el médico quiere descartar cualquier otra lesión", explicó a Clarín Pablo Piñero, 34 años, esposo de la vigilante de seguridad Gabriela Rufanacht de 33.
La pesadilla para estos dos argentinos comenzó en la noche del 4 de junio cuando Francisco Franco y Martinez Bordiú, nieto del dictador español, llegó a la estación Delicias del tren de Alta Velocidad en la capital aragonesa. No pudo atravesar los controles de seguridad porque el acceso ya se había cerrado.
El señor de Meirás y marqués de Villaverde tiene un estilo personal distante y autoritario y, cuando la vigilante de seguridad, Gabriela Rufanacht, le impidió el paso, la empujó violentamente al grito de "¡Vuélvete a tu país!". Gabriela cayó al suelo y también su agresor, que se levantó pisoteándola. El incidente ha tenido una extraordinaria repercusión en los medios españoles e internacionales.
Gabriela y Pablo son ciudadanos argentinos, ambos nacidos en la ciudad de Santa Fé. Tienen dos hijas y viven en una localidad a unos cincuenta kilómetros de Zaragoza que prefieren no identificar. "Los dos tenemos pasaportes italianos y hace cinco años que estamos en España". El matrimonio intentó vivir en Italia pero, finalmente, decidieron radicarse en Zaragoza donde ambos trabajan como vigilantes de seguridad para la empresa Eulen.
"Los dos somos maestros especializados en enseñanza primaria y nuestros títulos nos han sido reconocidos en España", explicó Pablo quien aseguró a Clarín que Gabriela está bien de ánimo "dentro de la normal excitación y nerviosismo por estar envuelta involuntariamente en un problema de este tipo, con tanta repercusión en los medios", puntualizó.
"Los dos confiamos plenamente en la justicia española y ahora ya hay un trámite judicial ante un juzgado de Zaragoza. Esperamos que los hechos tendrán un fallo legal que corresponda", indicó. "Hemos decidido dar a conocer públicamente nuestras identidades porque todo esto se ha difundido mucho y había una lógica preocupación de amigos y familiares en Argentina que sabían que trabajábamos en la parte de seguridad de la estación del Ave en Zaragoza".
Pablo Piñero explicó a Clarín que ,debido a la ley de seguridad privada, no podía entrar en detalles sobre cómo habían sucedido los hechos. Pero gracias a las organizaciones de argentinos en Aragón como la que preside Rogelio Ayala, Clarín ha logrado con otros testigos reconstruir algunos episodios significativos.
Franco, muy nervioso, entró corriendo al hall de la estación preguntando "¿dónde está el tren Ave a Madrid?". Un agente de seguridad le dio indicaciones. Era, justamente, Pablo Piñero. Después Francisco Franco intentó pasar el control de seguridad. Una azafata le informó que había llegado cuando ya estaba cerrado el acceso al andén que se encuentra un piso por debajo.
"¡Yo voy a pasar como sea!", grito el Marqués. Entonces, Gabriela se interpuso y le reiteró que no podía saltarse el control de seguridad. "Usted puede hacer lo que quiera en Argentina pero aquí no", le espetó el Señor de Meirás. Después le dio un violento empujón que la lanzó contra la puerta de un ascensor.
Gabriela cayó al suelo con fuertes dolores en la espalda. Franco también se cayó y, después, se levantó y pisoteó a la vigilante. Bajó entonces por una rampa al andén. Allí se encontró con otros vigilantes que le reprocharon por su agresión y le pidieron que subiera para esperar a la policía.
Piñero, que no sabía que su mujer era la agredida, le pidió a Franco que se tranquilizara. "Si esto no te gusta, vuélvete a tu país", le dijo el agresor. "Las cámaras de seguridad lo han registrado todo, así que los hechos estarán claros. Lo que queremos es que se haga justicia", dijo
http://www.clarin.com/diario/2009/06/16/elmundo/i-01939769.htm