DV. Mientras unos han disfrutado de las últimas fiestas de Azpeitia, otros muchos han trabajado duro. Servicios, parking y la plaza de toros son las que más empleo crean.
Los días de fiesta no son iguales para todos. Para que la fiesta no pare camareros, vigilantes y barrenderos, entre otros, tienen que trabajar más horas de las que marca su jornada laboral habitual.
Las noches multiplican el trabajo en la zona de bares del centro. Cervezas, chupitos o combinados corren por las barras de los pubs. «Detrás de una barra se ve de todo» nos dice un camarero de un conocido bar céntrico. «Es importante sentirse parte de la fiesta y disfrutar en la medida de lo posible», aseguran los que trabajan detrás de la barra.
A altas horas de la madrugada, estos clientes, recién salidos de los bares, se unen a una larga «procesión» en dirección a la discoteca situada a las afueras de la localidad. Los vigilantes de los edificios municipales o festivos recuerdan que «es muy duro trabajar los días de fiesta». Además, aseguran que en la calle «se ve de todo. La gente pierde la vergüenza y no obedece», según afirma la encargada de la vigilancia en el coso taurino azpeitiarra. «hay momentos en los que incluso pasas miedo, pero la policía municipal se encarga de todo».
Las fiestas no pueden entenderse sin estos trabajadores que tras una sacrificada jornada laboral vuelven a sus casas para descansar y asegurarse de que la fiesta siga adelante.
http://www.diariovasco.com/20090805/costa-urola/fiestas-necesario-algunos-trabajen-20090805.html