La presencia de un vigilante disuade posibles agresiones y el SAS instalará timbres de emergencia
Las aguas vuelven a su cauce. La dirección del centro de salud de Tarifa valoró ayer como positivas las medidas puestas en marcha desde la gerencia del Área Sanitaria del Campo de Gibraltar, que titula Inmaculada Cosano, tras la agresión sufrida por tres médicos del consultorio en la madrugada del pasado 26 de julio.
Así, el centro posee de forma permanente un vigilante jurado que, según la dirección del centro, aporta un plus de seguridad tanto a los pacientes como para el equipo sanitario ya que disuade de posibles agresiones. "Desde el momento de la lamentable agresión no hemos vuelto a registrar problemas más allá de los típicos de un centro que en verano soporta una gran carga de trabajo", subrayaron.
Además, desde la dirección del consultorio indicaron que el SAS prevé instalar timbres de emergencia en las consultas, si bien estimaron que será una medida que se pondrá en marcha una vez que se analice dónde es necesario colocar los pulsadores y cómo tender la red de comunicaciones con la central de emergencias.
Como se recordará, un médico y dos enfermeras del turno de guardia del consultorio tarifeño fueron agredidos por un grupo formado por cuatro personas que llegó al centro, de madrugada, reclamando atención sanitaria para uno de ellos que presentaba síntomas de intoxicación etílica. Cuando estaban siendo atendidos, comenzaron a amenazar de muerte al equipo médico si la atención recibida no era satisfactoria. Desde el SAS se indicó en su momento que se pasó a la paciente a una sala de observación, donde el resto del grupo consumó la agresión física a los médicos, golpeando al facultativo, encerrándole en una sala, y empujando posteriormente a las enfermeras.
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