Se acabó la fiesta. Son las tres de la mañana y el local cierra. Es entonces cuando cientos de madrileños acuden como peregrinos hacia la plaza de Cibeles para subir a un autobús que les lleve a casa. Mientras, sortean auténticas agresiones verbales o incluso físicas por conseguir un taxi. Es tarde, estás cansado, y el autobús no llega. ¿Te suena?
La plataforma “Queremos Metro de Madrid los fines de semana por la noche” ha conseguido aunar a miles de simpatizantes a través de distintas redes sociales como Facebook o Tuenti para que las puertas del suburbano permanezcan abiertas durante las noches de ocio de la capital.
La idea de que Metro de Madrid no cerrara formaba parte del programa de la candidatura de Esperanza Aguirre para las elecciones de 2003, pero largas e infructuosas negociaciones entre sindicatos y Comunidad dejaron la iniciativa en el olvido. A cambio, las noches de viernes y sábados en Madrid cuentan desde hace unos años con un servicio especial de autobuses que recorren, en su mayor medida, los trayectos de las líneas de Metro.
Desde esta plataforma dudan de la utilidad de este servicio especial de búhos. “Es muy complicado hacer uso de este servicio. No hay ninguna información ni referencia a las paradas que realizan las líneas. En las estaciones de metro no se hace referencia a ellas. Intentar coger el metro-búho por ejemplo en Alonso Martínez, que es atravesada por las líneas cuatro, cinco y diez, implica tener que buscar por todas las calles aledañas la parada de autobús de tu línea, porque ni siquiera coinciden en eso”.
El Confidencial se ha puesto en contacto con Metro de Madrid y según la empresa pública “los principales problemas que señalan para prestar este servicio, según los informes sobre la apertura del Metro 24 horas, son en el campo de la seguridad y de mantenimiento de las instalaciones, además del alto coste económico. Que no estaría compensado con el número de viajeros que utilizarían la red en esas franjas horarias”.
Estas razones son las mismas que se ha dado desde Metro a la plataforma, aunque para Héctor Sebastián, uno de los responsables de la misma, “estas excusas se desmontan muy fácilmente, Porque durante esas horas, los recursos necesarios ya se están consumiendo en su mayoría. La iluminación y ventilación de la Red de Metro se mantienen encendidas, en parte porque sería más costoso apagarla para volverla encenderla tras menos de 4 horas, en parte debido a los trabajos que se realizan en la Red cada noche, y en parte debido a que la Ley exige que los espacios cerrados de tránsito público estén iluminados. Es por esto que el gasto en electricidad realmente sólo crecería en lo que a los movimientos de trenes se refiere, y esto se podría considerar un ahorro teniendo en cuenta todos los autobuses que se retirarían de la superficie al volver a eliminar la red de MetroBúho (puesto que sólo existe como sustituto de la de Metro)”.
“En cuanto al personal de trenes –continúa-, los horarios de los conductores de Búho-metro y los de Metro se solapan, ya que ambos empiezan su jornada bastante antes de que termine la de los otros. Un servicio continuado de Metro esas dos noches evitaría estas duplicidades, por lo que las jornadas laborales serían más organizadas; sin contar que cada tren transportaría muchos más pasajeros de los que soportan los autobuses por lo que una frecuencia de trenes menor que la actual de MetroBúhos seguiría siendo más eficiente”.
Propuestas para la vigilancia
A pesar de estar cerrada, el personal de vigilancia no deja de trabajar dado que hay muchas zonas accesibles desde la superficie, como la de MetroBúho. Para la plataforma, “una reestructuración de estas plantillas bien gestionada reduciría la ampliación de plantilla necesaria para asegurar una seguridad efectiva en la Red de Metro”.
Nosotros desde la plataforma, proponemos como medida esencial una mejora de los servicios de Seguridad Privada de Metro, mediante una ampliación de plantilla, la implantación de vigilantes de andén y vagón, presenciales allí donde sea necesario y rotatorios en el resto de la Red. Además, pedimos la prohibición del acceso con alcohol a las instalaciones y la sanción de los infractores, así como una persecución más activa de las infracciones actualmente tipificadas en el Reglamento de Viajeros, con especial hincapié en las relacionadas con los dispositivos de parada de emergencia de trenes y escaleras”.
Una alternativa a la serguridad sería la idea lanzada por la Asociación de Amigos del Metro de Madrid, Andén 1; que ha propuesto la creación de un cuerpo policial para el transporte público, solución que sería mucho más efectiva y funcional que cualquier ampliación de la plantilla de Seguridad Privada. “Insistimos en nuestro respeto a la figura del Vigilante de Seguridad y su puesto de trabajo, pero teniendo en cuenta la complejidad de la vigilancia en la Red de Metro y la pasividad de la Gerencia de Seguridad al permitir actuar a los empleados que subcontrata, consideramos que tener Policías en el Metro sería una solución mejor”.
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