M. GARÚ/M. A. COLOMA. Zaragoza
Unos tragos, unas fiestas, unas burlas y una escopeta. Luis Miguel Gaspar Aznar, de 34 años, no necesitó nada más para acabar con la vida de Benjamín Gracia Jiménez, de 27, ayer en una peña de Tauste. El crimen, que ha dejado de luto a la localidad cincovillesa, se cometió alrededor de las siete de la mañana.
Cuando ya amanecía el segundo día de fiestas en honor a la virgen de Sancho Abarca, se produjo una disputa entre Luis Miguel Gaspar y Benjamín Gracia y los amigos de este último. Según varios testimonios, se habían encontrado en un pub de la localidad y habían discutido por tontadas e incluso le dieron tres tortazos en la cara a Luis Miguel Gaspar.
Este, herido en su orgullo, se marchó hasta un piso en el que vive alquilado, cerca de la calle de San Bartolomé, cogió la escopeta con la que suele cazar y se dirigió a la peña "La Gaska", en la cuesta de Lanzán, donde sabía que iba a encontrar a Benjamín Gracia y a sus amigos, y entró decidido a saldar sus particulares cuentas.
Nada más traspasar la puerta y en un patio interior que separa la peña de la calle, disparó su arma y alcanzó de lleno al joven. Un solo tiro le bastó para matarle. El proyectil le entró por la axila izquierda y le afectó a órganos vitales, como los pulmones y el corazón. A pesar de que sus amigos le trasladaron rápidamente al centro de salud, al que llegaron en apenas unos minutos, Benjamín Gracia estaba ya prácticamente muerto. El médico de guardia que lo atendió, el doctor Jarauta, no tuvo ni posibilidad de practicarle maniobras de reanimación. Así lo explicó poco después su colega Enrique López Gabalda, en el centro de salud de Tauste.
Mientras todo esto ocurría en la sala de urgencias, en la puerta de la peña "La Gaska " los amigos de la víctima arrebataban el arma a Luis Miguel Gaspar y le pegaban una paliza. La llegada de la Policía Local de la localidad, así como la persona que les llamó para avisarles de lo sucedido, le salvó la vida. Los agentes lo rescataron del grupo, le pusieron las esposas, lo metieron en el coche policial y se marcharon rápidamente del lugar. En previsión de evitar males mayores, lo trasladaron al centro de salud de Ejea de los Caballeros, para que fuera atendido de sus lesiones. Tras ser examinado y apreciar que presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico, así como lesiones en ojos, nariz y brazos, el médico decidió enviarlo al hospital Clínico, en Zaragoza. Allí estuvo ingresado hasta media tarde, cuando se decidió trasladarlo al Juzgado de Ejea para declarar.Un amigo de la víctima entregó a la Policía Local de Tauste el arma homicida, que guardó en su furgoneta tras el crimen, así como seis cartuchos sin disparar. En el suelo de la peña se recogieron otros dos cartuchos. Posteriormente, la Policía Judicial y agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil inspeccionaron el lugar de los hechos y recogieron muestras y huellas para ser analizadas.
Luis Miguel Gaspar declaró anoche ante el juez. No obstante, las primeras palabras que por la mañana salieron de su boca para justificar el terrible acto que acababa de cometer fueron que durante la noche había sido "víctima de burlas y agresiones continuas" y no le había quedado "más remedio que ir a por la escopeta y dispararle".
Al parecer, otro de los motivos por el que el homicida se sentía molesto era porque no le dejaban ser de la peña ya que no era natural de Tauste (es de Boquiñeni).
El joven fallecido tenía dos hermanos más y trabajaba en la cooperativa de San Miguel. Las personas que lo conocían lo definieron como un joven normal al que le gustaba la caza y era deportista, aficionado a la bicicleta. De hecho, formaba parte del club de ciclismo de Tauste. Su familia y sus amigos lo enterrarán a las once de la mañana de hoy en el cementerio de la localidad.
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