Los taxistas pagan 3.500 euros al mes a vigilantes de los intrusos en Málaga.
Los taxistas de Málaga hasta se han alojado como espías en los hoteles de la ciudad para conocer los servicios de transportes que les ofertaban como clientes los gestores de los hoteles. Descubrieron que tenían contratados conductores que hacían servicios de recogida y llevada al aeropuerto y a otras localidades de la provincia, los destinos más costosos.
"Hemos denunciado tres hoteles este verano y hemos puesto hasta diez denuncias, algunas ante notario", asegura Rafael García, presidente de la Asociación Unificada Malagueña de Autónomos del Taxi (AUMAT). Esta asociación lucha con fuerza contra el intrusismo en el sector, aunque les sale caro. Han contratado a tres vigilantes de seguridad que trabajan en tres turnos y que cada día controlan todos los vehículos que llegan al aeropuerto para que detecten cuales se repiten.
Hasta el momento tienen un listado de 100 matrículas que en ocasiones trasladan a la policía para que se controlen. "Todos los meses pagamos 3.500 euros a los vigilantes de seguridad. Cada taxista asociado tiene que poner diez euros a la semana que le toque de trabajo para pagarles", cuenta García. Los taxistas de Málaga trabajan en el aeropuerto en turnos de cada ocho semanas. "Este servicio lo contratamos hace más de tres años, pero con la crisis se ha multiplicado el intrusismo en la ciudad", asegura García.
La crisis también ha provocado más conductores sin licencias en las inmediaciones del puerto Bahía de Algeciras (Cádiz). El sector del taxi ha pedido medidas urgentes para paliarlo.
Los conductores "ilegales" cuentan con ganchos (personas de origen magrebí que tratan de captar la clientela), que se desenvuelven por el interior del recinto portuario intentando conseguir clientes. Generalmente son ciudadanos magrebíes que llegan de Ceuta y Tánger (Marruecos), y cuyos destinos son provincias de Andalucía y Levante.
El presidente de la asociación de Radio Taxi en Algeciras, Fernando Martín, se reunió días pasados con responsables de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras para tratar este problema, ya que la tensión llegó a enfrentar a algunos asalariados del sector con un supuesto "taxista pirata" que fue posteriormente detenido.
Durante el encuentro se acordó que el organismo portuario distribuyese entre los taxistas los teléfonos de contacto de la Policía Portuaria para que denuncien los "vehículos irregulares". Además, desde hace una semana, se han establecido patrullas de la policía en los aledaños de la estación marítima para llevar a cabo el control y la vigilancia de estas personas. Este acuerdo ha permitido que el pasado fin de semana fuese detenido el conductor de un turismo, cuyo ocupante aseguró haber sido invitado a subir para su traslado a Málaga a cambio de una cantidad indeterminada de dinero.
La policía local de Sevilla trabaja con un Servicio de Inspección y Transporte e Intrusismo (SIVE). Los agentes van vestidos de paisano para controlar el transporte por toda la ciudad, especialmente en el aeropuerto y Santa Justa. En lo que va de mes han realizado 64 actuaciones por dos modalidades, vehículos particulares que realizan transporte público y taxis de otras localidades. El fin de semana pasado, más de 50 taxistas, según asegura Fernando Morales, presidente de la Unión Sevillana del Taxi, fueron a La Macarena para intimidar "a un grupo de sudamericanos, que hacen los servicios para sus compatriotas", comenta Morales. "Están robándonos el trabajo e incluso cobran más caro que nosotros y lo hacen con total impunidad", asegura Morales.
El Aljarafe de Sevilla trabaja mediante un consorcio entre taxistas. Comenzó en 2006 y comprende 31 municipios, pero ahora se está replanteando porque se masifican las zonas más pobladas y otras áreas quedan sin servicio. "Desde que se trabaja con la emisora el servicio ha mejorado, pero quedan zonas que se están pirateando y se debería actuar", cuenta José Manuel Jiménez, vicepresidente de la Unión del Taxi del Aljarafe.
Aunque algunos intrusos son difíciles de detener. El presidente de la asociación gremial del Taxi en Almería, Francisco Martínez, asegura que pese a los "puntos calientes" de la ciudad, que son el aeropuerto, la estación intermodal y el puerto, los intrusos tienden a "expandirse" a nuevos lugares y utilizan enlaces para captar clientes, a los que entran a buscar a la propia estación para llevarlos hasta el vehículo. En Almería, de enero a julio se habían realizado 150 expedientes sancionadores, de los cuales la mitad culminó con el precinto del vehículo "por reincidencia". En Almería, el intrusismo se da, sobre todo, entre inmigrantes. Fuentes de la administración reconocen que debido a la movilidad de la población extranjera, sin domicilio fijo en la mayoría de los casos, "no hay manera de pillarlos" para notificaciones posteriores.
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