El tiroteo de la pasada semana ha llenado de «vergüenza» y «consternación» a la gran mayoría de los vigilantes de seguridad. Los guardas consultados por este periódico lamentan que un incidente «aislado» como el que se produjo en la estación de Abando «manche la imagen» de un colectivo que sufre una «importante precariedad laboral».
Sin embargo, los vigilantes no están tan preocupados por el incidente de la pasada semana, como por algunas reacciones que han surgido a raíz de la balacera. En este sentido, muchos critican las palabras del alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que mostró sus dudas sobre la idoneidad de que los vigilantes porten pistolas en lugares «muy concurridos».
Algunos guardas le han criticado a nivel individual por lanzar la culpa «sobre los más débiles». Y otros lo han hecho a nivel colectivo. El sindicato USO lamenta que un «hecho aislado» empañe la labor de toda una profesión que se encuentra «presionada» desde muchos puntos de vista. La central subraya que en la seguridad pública también han ocurrido casos similares y que nunca se ha juzgado a toda la profesión. Además, recuerda que en la misma estación de Abando un vigilante recibió un disparo mientras trabajaba y que unos escoltas privados salvaron a un guardia urbano.
Por eso, critica el «oportunismo» de Azkuna y subraya que gran parte de la responsabilidad del suceso de la pasada semana reside en las propias «empresas» y en una normativa de seguridad privada que está «totalmente obsoleta».
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