J. PALOMAR La Comisión Antiviolencia acordó ayer proponer una multa de 9.000 euros al Elche por los distintos incidentes acaecidos en el estadio Martínez Valero, el pasado domingo, durante el encuentro Elche-Hércules.
Cinco mil de esos nueve mil euros son, según detalla Antiviolencia, por desobedecer las instrucciones de las autoridades policiales sobre contratación y colocación de vigilantes de seguridad suficientes para recibir y controlar a los aficionados. A juicio de la Comisión la desobediencia provocó serios altercados públicos en el interior del campo, que fueron finalmente solventados tras varios requerimientos de las Fuerzas de Seguridad a los responsables del club quienes, transcurridos cerca de 30 minutos, facilitaron la intervención policial.
Los otro cuatro mil euros han sido por las deficiencias mostradas en las medidas de control de acceso y permanencia de espectadores al no impedir que en el mencionado partido fueran introducidos un palo de madera de medio metro de longitud, diversas latas de refrescos y varias botellas grandes, además de un espray de pintura con bote metálico.
Estas decisiones han creado un gran malestar en el seno de la entidad ilicitana. El consejero delegado, Juan Carlos Ramírez, no dudaba ayer en poner el grito en el cielo y mostrar su contrariedad por lo que considera una auténtico atropello. "Nosotros hemos hecho lo que nos pidieron. Exigieron 60 guardiajurados y los pusimos. En cada puerta había dos o tres policías cacheando a los espectadores... si se les cuela gente con objetos no es culpa nuestra. Esto es indignante y fuera de lugar. Nos han machacado".

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