La fragata "Navarra" socorre a un barco iraní atacado por piratas y a la deriva
Familiares de los marineros gallegos secuestrados en el "Alakrana" aseguran que vuelven al trabajo en el Índico con "esperanza", aunque también "con miedo"
AGENCIAS - MADRID/VIGO La fragata "Navarra", que participa en la Operación Atalanta contra la piratería en aguas del océano Índico, socorrió ayer a un pesquero de bandera iraní que estaba a la deriva, sin agua ni comida, tras un ataque pirata. Tras recibir una llamada del pesquero iraní UAID 400, en la que comunicaban haber sufrido un ataque a mano armada por piratas somalíes, la Eunavfor destacó a la fragata "Navarra" por ser la unidad más cercana a la posición de esa embarcación, informó Defensa.
Fue uno de los helicópteros de la fragata el que encontró la embarcación a la deriva. Cuando el helicóptero la sobrevoló, los miembros de la tripulación pidieron desesperadamente ayuda por señas, añadió el ministerio.
Una vez que la fragata llegó a las inmediaciones del pesquero, envió a su equipo de visita y registro, que comprobó que la radio estaba averiada y el teléfono satélite que utilizaron para informar del ataque, sin batería. No había a bordo ni agua, ni comida ni combustible suficiente para llegar a la costa más cercana y la tripulación había comenzado ya a beber agua de mar para intentar saciar su sed y no tenían forma de comunicarse.
Los trece tripulantes del pesquero iraní declararon haber sido atacados por piratas somalíes, que les retuvieron durante dos días y les robaron los víveres y la mayor parte del combustible.
El buque de la Armada española dotó a la embarcación de agua, comida y gasóleo suficiente para poder llegar al puerto más cercano, tras asegurarse de que ninguno de los tripulantes necesitaba asistencia médica urgente.
Por otro lado, familiares de los marineros gallegos retenidos por piratas somalíes en el atunero vasco Alakrana que ahora vuelven al barco, explicaron ayer que los tripulantes trabajan con "esperanza", aunque también van "con miedo" a las aguas del Indico. Belén Costas, la mujer de Joaquín Fernández, un marinero baionés residente en Nigrán, explicó que la familia afronta la vuelta del marinero como "la rutina de siempre", aunque recordó que, en este caso, habrá seguridad privada y entonces no la había.
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