Seguridad privada en calles, colegios y parques… ¿Por qué no? Los vemos en los centros comerciales, en hospitales e incluso lo solicitan los atuneros vascos para aumentar su seguridad mientras pescan en las costas somalíes. Ellos son los agentes de seguridad privada. Los aragoneses ven en ellos la figura regularizada de incrementar la protección que dan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En la actualidad tan sólo el 13% de los miembros de seguridad privada son mujeres Zaragoza.- La seguridad es siempre una de las principales preocupaciones según el Centro de Investigaciones Sociológicas de los españoles. También de los aragoneses, ya que, según un estudio sociológico realizado por la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), a los habitantes de esta Comunidad Autónoma les gustaría que hubiera miembros de seguridad privada en las vías urbanas, en colegio/institutos/universidades y en los parques.
Esta disposición de los aragoneses a que las calles o lugares de convivencia entre ciudadanos sean vigiladas por personal privado se basa en que el 83,6% de los ciudadanos señala que los agentes privados dan sensación de seguridad. En este aspecto Aragón es la CCAA que más valora la labor de estas personas porque en el conjunto del país esta sensación disminuye hasta el 72,6%.
En la Comunidad Autónoma realizan las labores de vigilancia unos 2.250 agentes. Su labor está en continuo contacto con las personas, ya que radica en la vigilancia y protección de bienes, establecimientos, espectáculos, certámenes o convenciones, así como en la protección de personas determinadas, previa autorización correspondiente del Ministerio del Interior; entre otras.
La percepción que tienen los aragoneses de los agentes en general buena. Concretamente, este estudio, realizado por la empresa Análisis e Investigación a través de 1.722 entrevistas telefónicas, asegura que el 71,7% es buena, el 3,5% muy buena, el 6,4% es mala y el 3,7% no sabe ni contesta.
La vigilancia del recinto Expo estuvo también en manos de la seguridad privada Muchos de los aragoneses opinan que un buen sitio
El secretario general de Aproser, Eduardo Cobas, asevera en este sentido que “siempre hay personas que desprestigian esta profesión por sus actitudes violentas”, pero que son los que menos. Para ello, mantiene que los aragoneses tienen un nivel de confianza muy elevado en los agentes privados porque el 69,4% de los encuestados creen que complementan las labores de la Policía Nacional, Local y Autonómica.
Esta idea está basada en que, al igual que las Fuerzas de Seguridad del Estado, los vigilantes privados son percibidos como una figura de autoridad. Por lo menos así lo ven el 62,0% de los aragoneses preguntados.
Por este motivo, no es de extrañar que la ciudadanía muestre su inquietud y apunte lugares de acción de este tipo de seguridad que en estos momentos no está, porque legislativamente no está permitido.
en el que debería haber más seguridad, aunque fuese por parte del sector privado, serían los mercados, el metro, los autobuses e incluso por la noche en las calles.
A este respecto, el presidente de Aprosar en Aragón, Emilio Lorente, se ha sentido satisfecho por este reconocimiento de ciudadano y ha recordado que en un primer momento “parecía imposible” ver a un vigilante privado llevando la seguridad de un aeropuerto, pero que ahora es algo “real y factible”.
Crisis en el sector
Las compañías privadas de seguridad cerraron 2009 con una caída de más del 4% en su facturación a causa de la crisis económica y una menor demanda de sus servicios. La facturación del sector superará los 3.500 millones de euros, un 80% de los cuales corresponden a las trece principales empresas del sector, entre ellas Prosegur, Securitas, Eulen, Segur Ibérica, Vinsa o Trablinsa.
El 73% del negocio de la vigilancia lo contratan las empresas privadas, mientras que el otro 27% corresponde a la administración y las empresas públicas, como Renfe o Aena.
Después de la Expo el sector ha padecido la crisis Lorente destaca que en Aragón la caída se debe al descenso de la actividad económica en el sector de la construcción y la reducción de los servicios de vigilancia en sectores como las grandes superficies comerciales, entre otros.
La mayor demanda se concentra en las infraestructuras de transporte como los aeropuertos, con un 17,87%, las entidades financieras, con un 15,85%, el comercio, un 15,74%, y las administraciones públicas, con un 15,32%.
13% de mujeres
La edad media de los vigilantes es de 37 años y más del 87% son varones, frente al 13% de las empleadas. Cerca del 84% tienen contrato indefinido y la rotación anual de los mismos se sitúa en el 31%.
La antigüedad media de los vigilantes en las empresas de seguridad privada ha descendido hasta los 6,2 años, con respecto a los 5,9 del año anterior, lo que demuestra la alta fidelización de los trabajadores del sector. El tiempo medio de servicio para la estructura ha subido hasta los 8,8 años.
Más de la mitad de los vigilantes de seguridad privada han superado la esperanza obligatoria, según datos de 2007, mientras que aproximadamente un 36% de los mismos poseen el título de bachillerato y FP. El porcentaje de diplomados y licenciados es mucho menor y se sitúa en el 4% de ambos casos.
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