El pastor alemán que dejaba suelto por las noches en la finca no presentaba heridas aunque se mostraba abatido

El fallecido tenía un carácter muy confiado y jamás pudo imaginar que su finca terminaría siendo el objetivo de una banda de delincuencia organizada y extremadamente violenta a la que la Guardia Civil busca desde el pasado martes 13, el día en el que la empleada del hogar descubrió los dos cadáveres ensangrentados y la casa completamente revuelta.
Años atrás Paco Beresaluze llegó a contratar un servicio de vigilancia privada para proteger los caballos de pura sangre que criaba y montaba en su extensa y cuidada finca. Una propiedad de cuyo mantenimiento se venía encargando el mayor de sus hijos, Juan Carlos Beresaluze. Sin embargo, cuando hace algo más de un año vendió todos sus valiosos equinos decidió prescindir del vigilante. Mantenía, sin embargo, su otra gran pasión que era navegar con su embarcación de recreo. Su último yate, todos ellos de nombre Berebere, permanecía amarrado en el puerto de Alicante. La mansión carecía de cámaras de seguridad pero sí disponía de conexión con una central de alarmas. Un sistema que, sin embargo, apenas utilizaba. De hecho, en la noche en la que se produjo el atroz crimen estaba desconectada. También tenía varios perros de guarda que dejaba sueltos cuando se iba a dormir. No obstante, el único pastor alemán visible ayer en Casa y Más no presentaba heridas externas apreciables. Sorprendía, no obstante, su actitud abatida y los aullidos lastimeros que emitía como si fuera consciente de la tragedia ocurrida.

http://www.diarioinformacion.com/elda/2010/04/15/hombre-confiado-prescindia-sistemas-seguridad/999187.html