Sistemas de vigilancia electrónica para fincas y cotos de caza La prevención de la caza furtiva se realiza mediante la instalación de sensores electrónicos diseñados específicamente para este cometido. La configuración de cualquiera de nuestras instalaciones requiere una visita a la finca en la que, en colaboración con la guardería y propiedad de la finca, se realiza un estudio pormenorizado sus necesidades.
La ubicación y el número de sensores necesarios dependerá de diferentes factores como el relieve de la finca, su vegetación, la distribución de los animales, la existencia de caminos vecinales y los accesos y modos de actuar utilizados por los furtivos.
Cuando cualquiera de estos sensores genera una alarma, esta se envía a una central instalada en la casa de la guardería en la que se nos indica el lugar en el que se ha producido la alarma y el tipo de alarma. Estas señales de alarma también pueden recibirse en centrales portátiles instaladas en el coche de los guardas.
Todos los sensores han sido desarrollados teniendo en cuenta que funcionarán bajo condiciones de intemperie extremas. Tienen por tanto un diseño robusto y sencillo que les confiere durabilidad y fiabilidad en un entorno en el que equipos electrónicos convencionales no podrían trabajar.
Además en las fincas no suele existir personal con conocimientos técnicos o informáticos, por lo que otros criterios de diseño han sido el de su facilidad de manejo y que las intervenciones necesarias por parte de la finca para su mantenimiento sean escasas y sencillas.