Matrimonio de escoltas en EuskadiLa pareja formada por Ángel y Guadalupe, de Vilagarcía y Vilanova de Arousa respectivamente, hace más de tres años que ejerce la profesión de escoltas
Ángel posa de espaldas para evitar ser reconocido debido a su profesión de escolta oficial.
Ángel y Guadalupe forman un matrimonio de vecinos de Vilagarcía y de Vilanova de Arousa que lleva más de cinco años viviendo en el País Vasco y tres de ellos ejerciendo, la profesión de escoltas de seguridad. Su trabajo no les deja mucho tiempo y admiten que su vida en Irún, su ciudad de acogida, se limita a su profesión y a su familia, son padres de tres hijas. Tienen una profesión que ocultan por ello intentan pasar lo más desapercibidos posible.
CARMEN HIERRO - VILAGARCÍA Ángel y Guadalupe, vecinos de Vilagarcía y Vilanova de Arousa se sumaron, desde hace tres años, a los miles de escoltas que cada día pasean por las calles del País Vasco siendo la sombra de algún político, abogado o empresario. Hace cinco años que esta pareja se trasladó desde la comarca arousana a Irún, municipio de Guipúzcoa fronterizo con Francia, por motivos laborales y allí pasaron de ser vigilantes de seguridad para una empresa privada a ser escoltas de altos cargos.
Al llegar a su nuevo destino, la pareja se interesó por visitar los ayuntamientos cercanos y lo primero que les sorprendió fue que la bandera de España no ondeaba en ninguno y en vez de tener una fotografía del Rey, en su lugar encontraban rostros de diferentes etarras. “En ayuntamientos había colgadas fotos de los etarras, en muchos de ellos los tratan como héroes”, cuenta Ángel.
Poco a poco y a través de mucho esfuerzo y mucha dedicación el matrimonio fue ascendiendo en su trabajo y consiguió la oportunidad de ejercer esta profesión tan singular y a la vez tan arriesgada.
Tanto Ángel como su mujer Guadalupe han velado por la seguridad de políticos, abogados, empresarios e incluso mujeres maltratadas. Así Ángel ha sido la sombra de una concejala del PP de Lucartza, en Guipúzcoa, del teniente de alcalde de Irún o de un abogado que trabajaba para el PSOE de Guipúzcoa. En la actualidad da protección a un concejal del PSOE en Hondarribia, situado en la desembocadura del río Bidasoa en la costa vasca.
Por su parte, Guadalupe ha sido escolta de la concejala de Deportes de Rentería o de diversas mujeres maltratadas de la Comunidad. Hoy en día trabaja con una diputada del PSOE en Madrid, ex concejala de San Sebastián.
Un trabajo que ocultar
Desde su llegada al País Vasco saben que hay temas que es mejor evitar. “Podemos llevar una vida en la que todo vale menos el tema político ya que no sabes quién puede ser el vecino que te está escuchando”, explica Ángel. Además afirma que deben intentar que no se les note su profesión e intentar “hacer una vida de puertas para adentro”.
Asimismo asegura que, “no tenemos amigos, conocidos que trabajan en la empresa sí, incluso gallegos, pero no gente con la que poder ir a cenar o a comer”.
Por esta razón, cuenta, su día a día se ciñe a “una vida profesional y familiar, debemos dedicar mucho tiempo al trabajo; tenemos muy poco tiempo libre y el que tenemos lo utilizamos para hablar con la familia”.
En el caso de sus hijas dice, “saben que deben ocultar la actividad de sus padres, cuando les preguntan dicen que somos comerciales u otra cosa”.
Para ellos, el ocio está reñido con su trabajo. No salen mucho de casa y cuando lo hacen “cambiamos mucho de bares, un día tomamos un café en el bar A, otro en el B y pasado en el J”; en ocasiones incluso van a despejarse por separado. De vez en cuando tampoco dudan en “trasladarse 30 o 40 kilómetros para pasar desapercibidos e ir a dónde nadie nos conoce”.
Aún así reconocen que la situación en Guipúzcoa, a pesar de “ser la zona más radical de la Comunidad” está bastante pausada y “se vive mejor que años atrás”.
http://www.farodevigo.es/portada-arousa/2010/07/14/matrimonio-escoltas-euskadi/455831.html