El exceso de requisitos legales solicitados por el Gobierno para ejercer retrasa la llegada de nuevos trabajadores
Horas extras y noches en vela. Cuando todo el mundo se va a casa
tras la jornada laboral, algunos vigilantes de seguridad empiezan la
suya. Para muchos otros, las horas de trabajo transcurren en centros
comerciales, furgones blindados, polígonos o en organismos oficiales,
entre otros lugares. En la actualidad, la vigilancia privada se
encuentra en una buena situación ya que los ciudadanos, ante la época
de crisis y el aumento de la delincuencia, han decidido salvaguardar
sus propiedades y objetos más privados. Las urbanizaciones alicantinas
se empiezan a llenar de alarmas, cámaras y efectivos de seguridad que
controlan los accesos ante la entrada de personas ajenas a las
propiedades.
El sector de la vigilancia privada es uno de los más desconocidos.
Según afirman representantes del sector de CC. OO. en la provincia, los
problemas por los que pasa la seguridad privada atienden a cuestiones
de falta de personal, falta de convenios que se adapten a las
condiciones de trabajo así como el intrusismo profesional.
Esta rama de actividad cuenta actualmente con 81.000 empleados en
activo en todo el país en 2007, según los datos oficiales del
Ministerio del Interior y que se recogen en el estudio sectorial sobre
seguridad privada que realizó Comisiones Obreras junto a las empresas.
A este número se añade todo el personal no habilitado que trabaja en el
sector como administrativos, técnicos o mandos.
Por debajo de otros países
Pero esta cifra de vigilantes se encuentra muy por debajo de la de
otros países como Alemania en la que se contabilizan unos 180.000
efectivos. Los representantes del sector en Alicante son muy
conscientes de la falta de personal que algunas asociaciones estiman en
unos 500 en la provincia y 2.000 en la Comunitat. 138 empresas de
vigilancia privada tienen su sede o delegación en la Comunitat, 81 de
ellas en Alicante, 57 en Valencia y 29 en Castellón, según los datos
oficiales de 2007.
Pero los requisitos del propio Ministerio del Interior para poder ser
vigilante de seguridad hacen que "muchos se lo piensen antes de sacarse
la licencia", explicó Mariano Ugalde, miembro de la organización de CC.
OO. Además, en el sector de seguridad hay un déficit importante de mano
de obra (alrededor de 20.000 según las empresas del sector), que
convive con una fuerte demanda de servicios, en los que los vigilantes
son los profesionales más solicitadas, aparte de secretarios,
administrativos, técnicos y gestores de atención al cliente.
Para ser efectivo de seguridad privada hay que cumplir los requisitos
de la Ley de Seguridad Privada de 1992. Entre ellos hay que ser
ciudadano de la Unión Europea además de no tener antecedentes penales o
ser mayor de edad, entre otros. Esto hace que por ejemplo un argentino
no pueda ser vigilante en España. "Hay quien tampoco puede serlo a
pesar de tener la nacionalidad española. Si vienen con un graduado
escolar del extranjero -requisito también necesario-no se puede
convalidar con el de aquí y no se puede conseguir la habilitación",
señaló Paco González, presidente del comité de una empresa de seguridad
así como representante de los vigilantes de transporte en CC. OO.
El propio estudio sectorial indica que la razón de la escasez de
vigilantes deriva del gran esfuerzo formativo que se les exige a los
aspirantes para alcanzar un puesto de trabajo "dominado por cierta
precariedad en lo referente a su retribución, horario nocturno, turnos,
trabajos de fin de semana y días festivos, falta de promoción", entre
otros. Según el informe, las firmas reclaman a Interior que permita la
contratación de ciudadanos no comunitarios, algo que impide la
legislación de 1992, así como una disminución de los requisitos
administrativos y la creación de una carrera específica dentro de la
Formación Profesional.
En noviembre de 2007, el Congreso aprobó por unanimidad una proposición
no de ley por la que los extranjeros no comunitarios puedan ser
contratados. En la actualidad, según recoge el estudio, está pendiente
de su tramitación.
Jornadas y salarios
El mismo Paco González y Bernardo Blanco, también delegado de personal
en CC. OO., apuntaron que las jornadas de trabajo y los salarios son
dos de los principales problemas en la actualidad. "El salario base es
muy pobre para la gente que empieza, sobre 900 euros y una jornada
laboral de 162 horas al mes".
"No es un salario apetecible para trabajar cuando todo el mundo
descansa. Ahora estamos con nuevas negociaciones del convenio en el que
sólo se pagan las horas extras a 7,30 euros", explican desde el
sindicato. Según los representantes de los trabajadores, "es un sector
en proceso de cambio en el que las empresas se enriquecen pero no
quieren contratar más gente".
http://www.lasprovincias.es/valencia/20081116/tema-dia/precaria-situacion-laboral-seguridad-20081116.html