El sector pide que se regule a las empresas de servicios para evitar el intrusismo
Todas las empresas han sufrido alguna vez el problema del intrusismo en
sus sectores. En algunos de ellos de forma muy negativa. En el caso de
la seguridad privada, esta actividad no es tanto la manera ilegal de
llevarla a cabo,- que también ocurre-, como la falta de distinción
entre las empresas denominadas de servicio. En ellas, controladores y
auxiliares realizan actividades propias de un vigilante de seguridad a
menor precio con los consiguientes riegos. En este sentido, desde el
sector de vigilancia privada se quiere poner fin a este problema.
Mariano Ugalde, miembro de la organización de CC. OO. en la provincia
explicó que "estas empresas de servicio no son ilegales pero son
paralelas a la vigilancia privada". Según Ugalde, "la ley marca pautas
de lo que deben ser y el límite de estas empresas ya que los empleados
no cumplen los requisitos de la ley de 1992 y no han pasado las pruebas
del Ministerio del Interior".
Pero detrás del trabajo de estas empresas auxiliares está la
responsabilidad propia de aquellos que las contratan por su menor
coste, pero que al final se traduce en menor seguridad. Así lo
argumenta el responsable de Comisiones Obreras. "El problema reside en
que muchas de estas empresas de servicios cobran tarifas mucho más
baratas que las empresas de seguridad, pero el contratante tiene que
ser consciente de lo que está contratando". De esta forma no se está
controlando si el que entra a trabajar "cumple con los requisitos
establecidos por la ley", matizó.
Entre algunas curiosidades, los responsables del sector apuntan que las
empresas de servicios dan trabajo encubierto a los supuestos vigilantes
haciéndolos pasar por botones en algunos hoteles de la provincia, algo
que está fuera del ámbito legal, según añadió Paco González, presidente
del comité de una empresa de seguridad y representante de CC. OO.
Miguel Rubio, técnico de sistemas de seguridad y delegado de personal,
afirmó que "en las alarmas también sucede lo mismo debido a que a veces
se contratan empresas que no cuentan con las infraestructuras
adecuadas". Esto se traduce en que "cuando suena una alarma no están
conectadas a un centro 24 horas. Al final, el responsable de la alarma
es el cliente que contrata a esas entidades".
Establecer los límites
Los llamados controladores tienen un límite en la función que
desempeñan. "Las personas que trabajan como controladores, de una
empresa de servicios, no puede prohibir la entrada o pedir la
identificación a los ciudadanos", añadió Miguel Rubio.
El intrusismo no se refiere a que estos auxiliares no puedan trabajar,
pero los representantes del sector sí que piden que se regulen sus
funciones. "Hay muchas entidades que contratan esta figura de
controlador para vigilar los accesos privados a sus instalaciones. Hay
centros comerciales que tienen a estas personas en las puertas de
acceso de personal para que controle a los empleados. Pero no pueden ir
más allá", dijo. De esta forma, "cuando cierran sus puertas, los
auxiliares no pueden ejercer la labor de un vigilante de seguridad",
algo que sí que sucede en las obras.
http://www.lasprovincias.es/valencia/20081116/tema-dia/limite-controladores-20081116.html