Los agresores del vigilante quedan en libertad tras reconocer su autoría

Los tres detenidos por la agresión al vigilante de seguridad del Hospital Universitario la pasada semana han quedado en libertad después de pasar ayer a disposición judicial. Todos ellos fueron acusados de delito de lesiones y ayer se celebró el juicio rápido con sentencia de conformidad en el Juzgado de Instrucción número 1 al asumir los acusados la autoría de los hechos y conformarse con la pena que pedía el Ministerio Fiscal. Por ello, se les impuso una multa de 900 euros a cada uno de los adultos, un hombre y una mujer, a razón de cinco euros al día durante seis meses, al darse el caso de que ninguno de ellos tenía antecedentes.
Una vez concluida esta fase del proceso, queda por valorar la responsabilidad civil, en ejecución de sentencia, y por la cual se estimarían las posibles secuelas que podrían dejar la agresión en el vigilante de seguridad. De derivarse alguna consecuencia de la paliza que recibió el trabajador, se impondría una indemnización al margen de la ya establecida de 900 euros. El médico forense encargado de elaborar el diagnóstico examinó ayer al agredido a fin de cuantificar la existencia de algún tipo de consecuencia.
En el caso de la menor, de 16 años de edad, la Fiscalía de Menores impuso una pena de tres meses en tareas socioeducativas.
Los hechos por los que se condena a estas tres personas tuvieron lugar el pasado martes 4 de enero alrededor de las nueve de la noche en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario. Allí se presentaron varias personas con un niño herido exigiendo ser atendidos por un facultativo médico.

Agresión

Después de los hechos se produjeron varias versiones. Una de ellas, la que aseguraba que un grupo de personas, alrededor de doce, intentó introducirse en el servicio de Urgencias hospitalario, acción que fue impedida por el vigilante. Esta misma versión indicaba que un grupo de estos familiares le quitaron la seguridad o porra al vigilante, tras lo cual comenzaron a agredirle brutalmente, causándole varias lesiones de distintas consideración.
Una segunda versión, la correspondiente a la declarada por los tres detenidos en la jefatura Superior de Policía, recogía que el vigilante se negó a que el niño fuera atendido, pese a la gravedad del estado del menor. Asimismo, añadían que el trabajador agredió con la porra a muchos de los que se encontraban a su alrededor, entre ellos a una mujer embarazada, lo que llevó a responder a los golpes en legítima defensa, según apuntaron en su declaración los detenidos.

Los Hechos

Versiones
A las nueve de la noche se personan varias personas en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario reclamando que el pequeño fuera atendido por un médico. Los familiares aseguraron que se les negó el acceso, mientras que otra versión indica que estos mismos le arrebataron la porra al vigilante para golpearle.
Trifulca
La tensión en el lugar fue en aumento hasta alcanzar un alto grado de violencia cuando varias personas golpearon al vigilante de seguridad.
Diagnóstico
El trabajador fue diagnosticado de varias lesiones de distinta consideración, entre ellos un traumatismo craneoencefálico, erosiones y contusiones, además de una crisis de ansiedad.
Detenidos
Agentes de la Policía Nacional se personaron en el lugar de los hechos para abrir una investigación de los hechos, fruto de la cual se detuvo a tres personas, supuestamente relacionadas con la agresión.
Sentencia
Tras pasar ayer a disposición judicial, los tres detenidos fueron puestos en libertad. Los dos adultos, un hombre y una mujer, deberán pagar una multa de 900 euros, a razón de cinco euros diarios durante seis meses. En el caso de la menor, una joven de 16 años, deberá realizar trabajos socioeducativas.

Joder solo 900 pavos por cabeza, y tu como vigilante te llevas una paliza, el honor herido.

Eso es lo que hay....

Los 900 € son los correspondientes a la multa por el delito de lesiones.

En ejecución de sentencia tendrán que resarcir económicamente al agredido por los gastos ocasionados por dicha agresión, así como por cualquier secuela que este pueda tener.

¿Compensa esto lo que ha tenido y tendrá que pasar el compañero? Sin ninguna duda, no.
Pero mientras agredir a una persona por motivos sucedidos y directamente provocados por el ejercicio de su profesión siga siendo lo mismo penalmente que agredir a alguien que está de copas en mitad de una zona de marcha, esto es lo que hay.