Un oso gravemente herido vaga por El BierzoLa Junta de Castilla y León y el Principado de Asturias mantienen desde hace 15 días un complejo operativo para tratar de capturar vivo a un joven oso pardo, gravemente herido por el lazo de acero colocado en el campo por cazadores furtivos.
Es uno de los últimos 125 ejemplares que sobreviven en la coordillera cantábrica, una población en gravísimo peligro de extinción.
El pobre animal fue descubierto por un vecino de Páramo del Sil (El Bierzo, León) el pasado 17 de agosto. Quedó atrapado por un cable que le trabó toda la cintura. Logró romperlo a tirones, pero el alambre se le ha incrustado en la carne, constriñéndole el abdomen a la altura de los riñones y provocándole heridas muy graves.
Extremadamente delgado, lo está pasando muy mal, pero al menos se le ha visto comer arándanos, su fruta favorita. Ahora mismo se mueve por una amplia zona a caballo entre León (Páramo del Sil) y Asturias (Degaña), incapaz de liberarse por sí mismo de esa trampa de muerte.
Tres equipos integrados por guardas, veterinarios y biólogos de las dos comunidades autónomas trabajan en la zona para intentar capturar al animal con dardos anestésicos, y proceder a curar sus heridas antes de que éstas se infecten y lo maten. Una operación complicada donde las posibilidades de éxito son inciertas.
El primer intento de lanzarle un dardo hace unos días fracasó. Los tiradores son los mejores, pero resulta muy difícil acercarse al animal herido en una ambiente boscoso y abrupto como por el que se mueve.
La única noticia positiva es que el complejo operativo montado se mantiene, que no se le da al pobre animal por perdido.
Todos cruzamos los dedos por el éxito de la misión mientras nos hacemos insistentemente las mismas preguntas: ¿Quién fue el criminal que puso el lazo de acero en el campo? ¿Lo ha detenido ya la Guardia Civil?
En la fotografía podéis ver al pobre oso con la cintura fuertemente aprisionada por un cable de acero. La imagen, cedida por la Fundación Oso Pardo y la Junta de Castilla y León, fue tomada con telescopio a larga distancia para evitar molestias innecesarias al animal.
La captura ilegal de un oso pardo se considera delito penal y puede ser castigada con cárcel y multas desde 200.000 euros a más de dos millones de euros.
Como se ve en la imagen, las heridas provocadas por el lazo de los furtivos son muy graves.