Los sospechosos de matar a un guarda tienen 25 antecedentes, uno de violación
Sevilla, 13 feb (EFE).- Dos de los tres ciudadanos rumanos que presuntamente han regresado a su país tras matar a un vigilante de seguridad en Marchena (Sevilla), tienen 25 y 18 antecedentes penales, uno de ellos por violación, secuestro y robo en las inmediaciones de una discoteca sevillana.
El juez de instrucción 2 de Marchena, que mantiene encarcelados a otros dos de los presuntos autores del homicidio, ha rechazado dictar una Orden Europea de Detención contra estos tres rumanos, que según la Guardia Civil, participaron en el robo y homicidio registrado en la planta fotovoltaica de Marchena en la madrugada del 25 de noviembre de 2009.
Por este robo y asesinato fueron detenidos en Rumanía, en octubre de 2010, dos hombres cuyo ADN fue localizado en la ropa del vigilante: Adi D., de 21 años, y Cancea M.L., de 23, que ingresaron en cárceles españolas.
La Guardia Civil cree que en total fueron cinco los rumanos que intervinieron en el robo, durante el cual propinaron una paliza al vigilante de seguridad José Antonio Jiménez Ceferino, de 32 años, que lo dejó en coma y le causó la muerte unas semanas después.
Según la documentación facilitada a Efe, uno de los sospechosos cuya extradición ha sido rechazada es Valentin H., de 23 años, al que se imputan 25 delitos cometidos en los primeros meses de 2009, que van desde el robo de cobre, de coches y de aceitunas a circular sin tener carné.
La Guardia Civil ha aportado al juzgado un informe de 45 folios en los que se relaciona a Valentin H. con robos denunciados en zonas rurales de las provincias de Sevilla, Córdoba y Badajoz, así como por ocupar fincas y naves.
Otro de los presuntos huidos a Rumanía es Viorel D., de 29 años, al que la Guardia Civil imputa en España once delitos de robo con fuerza, uno de hurto y seis faltas de hurto, además de un secuestro, robo y agresión sexual por los que fue detenido el 26 de noviembre de 2009, al día siguiente del asesinato del vigilante.
La Guardia Civil cree que los sospechosos formaban un "violento grupo" y llaman la atención sobre la "reiteración en las mismas tipologías delictivas y su pensamiento de una posible inmunidad", dado que algunos de ellos nunca han ingresado en ningún centro penitenciario.