Policía y
hosteleros reconocen colaboración mutua y confían en que no se produzca
un caso Ussía en Zaragoza. Las 200 personas que trabajan en las puertas
de las discotecas reivindican una regulación similar a la de Cataluña.
MIGUEL ÁNGEL COLOMA. Zaragoza
Doce discotecas, 200 discobares y otros 200 establecimientos que
ejercen como tales pese a no contar con la licencia correspondiente. La
noche ofrece múltiples opciones en Zaragoza, aunque también existen
algunos límites. Uno de los más importantes es el derecho de admisión,
y los encargados de administrarlo no son precisamente expertos en
leyes. De hecho, quien decide quién entra y quién no en el
establecimiento de moda suele ser una persona de talla grande pero con
escasa formación profesional.
La
experiencia es la única escuela para los alrededor de 200 porteros que
trabajan actualmente en los pubs y discobares de la capital aragonesa.
La mayoría está a favor de la regulación del sector, pero solo una
desgracia como la ocurrida hace hoy una semana en Madrid, a las puertas
de El Balcón de Rosales, parece capaz de hacerles salir del limbo legal
en el que se encuentran. De hecho, el PP acaba de presentar una
proposición no de ley en las Cortes de Aragón para delimitar las
funciones y competencias de los porteros, materia que solo se ha
desarrollado en Cataluña, a raíz del caso Maremagnum.
¿Podría
producirse una muerte como la de Álvaro Ussía en Zaragoza? Esa es la
pregunta que se han hecho estos días muchos padres al conocer las
trágicas circunstancias en las que perdió la vida el joven de 18 años.
Era una noche de fiesta, pero los porteros del local decidieron aplicar
su ley y salpicarla de sangre. El juez dictó prisión sin fianza para
dos de ellos, pero hay unos 130.000 porteros más en España. ¿Es justo
pensar que todos ellos son personas violentas?
La Policía
asegura que quienes controlan los accesos de los establecimientos de
ocio en Zaragoza ofrecen, en general, "más colaboración que problemas".
"Un tanto por ciento muy elevado de estos porteros se acercan incluso a
las patrullas para ver si pueden echar una mano", reconoce un
responsable policial. Aunque no cuentan con una preparación específica,
los profesionales de la seguridad pública consideran que muchos
controladores actúan "de forma muy correcta y discreta".
Las
empresas de seguridad tradicionales han dejado de trabajar en los bares
y discotecas de la ciudad. Los empleados de estas compañías, cansados
de insultos y de ver relucir el acero de la navajas, comenzaron a
oponerse a hacer estos servicios hace tiempo. Por ello, del considerado
"trabajo sucio" han tenido que hacerse cargo una serie de jóvenes de
entre 25 y 35 años, habituales de los gimnasios, el boxeo y el
culturismo.
"No existen empresas específicas que se dediquen a
proveer de porteros a los bares y discotecas de Zaragoza, y cada vez
resulta más difícil encontrar gente para este tipo de trabajos",
explica un portero que acumula muchas noches de trabajo a sus amplias
espaldas, y que prefiere permanecer en el anonimato. "Está claro que
los empresarios no quieren a un pianista en la puerta. Buscan gente con
presencia física, porque es lo que más intimida a quien tiene ganas de
gresca", añade.
Hasta 12 porteros en una sala
Quienes trabajan la noche saben que lo que funciona a la hora de
buscar un buen portero es el boca a boca. "Zaragoza no es Madrid, y
aquí nos conocemos todos. Somos gente deportista y es en el gimnasio
donde ves qué persona puede ser conflictiva y qué otra puede valer",
comenta este profesional. "Uno de los requisitos principales es saber
hablar y tratar con la gente, porque el 98% del tiempo lo pasan
dialogando", dice.
Las salas más importantes de la capital
aragonesa tienen en nómina -contratados a tiempo parcial- a sus equipos
de seguridad. La demanda de personal es importante, no en vano
establecimientos muy conocidos como Oasis, La Casa del Loco, Ben-Hur, o
DeLuxe llegan a contar con entre cinco y once porteros un sábado por la
noche. Los sueldos tampoco son muy altos -cien euros por noche-, por lo
que las dificultades para encontrar gente son cada vez mayores y están
llevando a los hosteleros a contratar a más extranjeros. Los
empresarios rumanos y sudamericanos están desembarcando también en el
negocio de los bares, y casi siempre prefieren poner en la puerta a
compatriotas.
Como consecuencia, la mitad de los porteros
zaragozanos son ya inmigrantes. En zonas concretas como el Casco Viejo,
el porcentaje de extranjeros puede alcanzar incluso el 70%. Sin
embargo, siguen quedando locales, sobre todo en La Zona, donde
predominan los responsables de seguridad españoles.
"La noche
es muy complicada, porque hay alcohol y drogas, y la gente no se
comporta como lo hace habitualmente", señala el presidente de la
Asociación de Discotecas y Salas de Fiesta de Zaragoza, Fernando
Izcara. "Los empresarios buscamos a gente fija, que conozca al cliente
y actúe más como relaciones públicas que como portero", añade el dueño
de la Sala 976. Izcara reconoce que la puesta en marcha de la Unidad de
Apoyo Operativo de la Policía Local ha contribuido mucho a solucionar
los problemas. "En cuanto hay algún pequeño incidente, les llamamos y
se presentan enseguida", asegura. Son pocos, pero problemas hay y se
siguen denunciando.
http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.31165/relcategoria.301