Con 20 años trabajando en el sector de la seguridad, Asensio ha podido
asistir a la evolución del papel de la mujer en este campo
‘Experiencia de la mujer como vigilante de seguridad’. Ese era el
título de la ponencia que ayer impartió Helena Asensio, la mujer con
más responsabilidad en el sector de seguridad privada en España. Y es
que lleva 20 años en el sector, y actualmente trabaja en la empresa
Securitas.
–¿Cuántas mujeres hay en España dedicadas a la seguridad privada?
–Hablamos de unas 10.000 mujeres en toda España, aproximadamente un 13% del sector.
–Estas últimas semanas se ha hablado mucho sobre los porteros de
discoteca, y se insiste mucho en que quedan fuera del ámbito de la
seguridad privada. ¿La mujer queda aún más fuera de esa imagen violenta?
–Es una pregunta que me han hecho antes, y es algo en lo que hasta
ahora no había caído. Podemos estar algo más alejadas porque en el
campo de los porteros de discoteca no hay mujeres, pero claro, no puedo
calibrarlo porque no son vigilantes.
Dentro de la seguridad privada, cuando hablamos de altercados, la mujer
podríamos decir que intimida menos a la gente. Cuando la persona de a
pie se topa con un vigilante hombre, es posible que el encontronazo sea
más fuerte, mientras que con una mujer puede haber una mayor de paz o
seguridad. Ahora, no creo que esté relacionado con el grado de
agresividad del hombre o la mujer.
–¿La incorporación de la mujer a la seguridad privada va la par que en otras fuerzas de seguridad, o el ritmo es diferente?
–Sí, más o menos iría a la par. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado tienen funciones muy similares a las nuestras, de hecho nosotros
prácticamente somos sus auxiliares. La integración de las mujeres
también es similar. En el año 1978 se creó la primera Guardia Urbana en
España, la de Barcelona, y dentro de ello había un grupo especial de
mujeres. A fecha de hoy, lo mismo que en la sociedad la igualdad entre
hombre y mujer es cada vez mayor, dentro de nuestro sector también se
materializa cada vez más.
–¿Inspira la mujer la misma autoridad que un hombre?
–Creo que sí. En cualquier ámbito de la vida la mujer puede tener la
misma autoridad, y es que autoridad no significa gritar más ni pelearte
más. Por mi experiencia de 20 años trabajando en el sector, lo que
ocurre es totalmente contrario a lo que se puede pensar: cuando hay un
amago de pelea, cuando hay un problema en el metro, la gente reconoce
perfectamente la autoridad de la mujer, y a menudo creen que va a ser
más comprensiva.
–¿Todavía encuentra la mujer algún hándicap en el sector?
–El único que yo veo es en el transporte de fondos, en blindados. Ahí
es donde las mujeres tienen menos acceso. De hecho, creo que sólo el 1%
de los vigilantes de seguridad privado tiene acceso a ese trabajo. En
Madrid, por ejemplo, hay poquísimas mujeres que se dedican a esto.
Por lo demás, no hay problemas para el acceso. De hecho, ya se están
llegando a hacer cursos de acceso a la profesión de vigilante de
seguridad, porque en ocasiones los clientes demandan mujeres, cosa que
hace algunos años era impensable, ya que antes básicamente sólo se
contrataban mujeres para los controles de acceso y otros puestos de
cara al público. Hoy han cambiado las tornas, y en algunos sitios se
demanda más vigilancia femenina que masculina.
–Siempre se dice que las pruebas físicas de las mujeres son menos exigentes. ¿Es así?
–No son inferiores, sino que son diferentes. Lo único que se hace es
sustituir las series de abdominales que tienen que hacer los hombres
por pruebas con balón medicinal, siempre en igualdad de condiciones,
pero adaptando la prueba porque la envergadura y la resistencia física
de un hombre y de una mujer no es la misma. El grado de dificultad es
el mismo, sin duda.
–¿Qué aporta la mujer en este mundo?
–Sensatez, feminidad, algo muy necesario para este sector y para la sociedad en general, y, sobre todo, paciencia y calma.
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