Los vecinos de Pinares de San Antón están escamados. El de ayer es el tercer incendio en un mes. "Es intencionado seguro. Es el día apropiado de viento y temperatura para que se propague y la zona donde nace el fuego es junto a la carretera", denunciaba el presidente de la comunidad de propietarios de la urbanización, Manuel Ramírez. Una docena de vigilantes de seguridad y forestales de Pinares de San Antón se desplegó ayer desde poco después de las 14:00 para vigilar el avance del fuego por si era necesario el desalojo. Fernando Villén, de la empresa Cerco Seguridad apuntó que tenían listas las vías de evacuación. Pero no fue necesario. El incendio se quedó lejos de sus casas.

Ayer por la tarde, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, siguió de cerca los trabajos de extinción del siniestro desde una finca ubicada en la zona rural de los arroyos Gálica y Jaboneros. "Algo raro pasa aquí. Habrá que hacer un seguimiento. Puede que sea casual, pero es el tercer incendio en la misma zona", apuntó el regidor. Ayer era su primer día de vacaciones. Pero desde primera hora de la tarde supo del incendio porque tenía una comida con la Hermandad de las Fusionadas en el parador de Gibralfaro y desde allí divisaba: "Durante el almuerzo he visto el humo. Estaba inquieto y por eso he venido aquí". Desde allí se veía cómo los helicópteros echaban agua para refrescar el monte y como, sobre las 19:45, todavía quedaban algunas llamas aisladas. Un vigilante forestal de la urbanización de Pinares de San Antón vio el fuego sobre las 14:00 y dio la voz de alarma. El foco estaba en la zona del repetidor que hay en la venta de El Mirador. Desde esa hora y hasta las 15:00 aproximadamente, el teléfono de emergencias 112 recibió más de un centenar de llamadas que alertaban del siniestro.

Incluso un vecino de la barriada de San Andrés, en el otro extremo de la ciudad, llamó a esta redacción para advertir sobre las 14:15 del incendio. "Desde aquí veo llamas y humo, se está quemando el monte", aseguraba Mario. "Tiene que ser intencionado porque ha habido tres incendios en menos de un mes", repetía Juan Gayubo, que había sacado unas fotos espectaculares del fuego. "Desde la venta El Mirador hacia el arroyo Jaboneros he visto varios focos", atestiguaba este vecino del entorno.

Como él, muchos otros vecinos se acercaron al lugar a echar fotos con sus cámaras o móviles. La Policía Local tuvo que cerrar los accesos para garantizar un perímetro de seguridad. El intendente mayor de la Policía de la capital, Juan Ferrer, también se acercó a la zona. Afirmaba que al menos se apreciaban tres columnas de humo y que afortunadamente no se habían producido heridos. Unos vecinos que se acercaron a visitar a un amigo en la zona al que se le había quemado "la mitad de la finca" aseguraban que había media docenas de casas de fin de semana afectadas por el fuego.

El alcalde de Málaga también apuntaba una cantidad similar, aunque desconocía hasta qué punto las había dañado el humo. Sin embargo, a última hora de ayer el Infoca no confirmaba esta información. Al cierre de esta edición, todo parecía que había quedado en un susto. Pero a los vecinos de la zona les preocupa especialmente los incendios forestales. En julio de 2001 ya estuvieron a punto de perder sus casas por un siniestro grave en el monte de San Antón. Sobre las 2:00 de la madrugada de aquel mes, los bomberos tuvieron que desalojar las viviendas de la parte alta de la urbanización Pinares de San Antón por las proximidad de las llamas. Fue por entonces que los residentes de esa zona periférica de la capital tomaron una iniciativa pionera en la ciudad: contratar vigilantes para que controlaran el monte durante los meses de verano en los que hay mayor riesgo de incendios forestales.

Ayer, el olor a quemado se notaba desde la entrada misma a Pinares de San Antón y las columnas de humo podían verse desde distintos punto de la ciudad. El trasiego de aviones en el cielo malagueño fue constante durante toda la tarde. Algunas aeronaves cogieron agua del mar en la zona de La Malagueta para tratar de contener el incendio ante la sorprendida mirada de los bañistas.

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