Rechazan la recuperación de los serenos, que los comerciantes pretenden instaurar en varias ciudades
El marco legal que regula la seguridad privada en España -la Ley 23/92- se ha quedado corto para un sector que no ha dejado de crecer en los dos últimos decenios. En la actualidad está funcionado como un corsé.
La modificación de esta normativa es la primera reivindicación que plantea Roberto Lage Regal, presidente de la Asociación de Empresas de Seguridad de Galicia (Aesga), que agrupa a 35 de las 47 firmas del sector a nivel gallego. «La actual -explica- no nos deja crecer. No nos deja trabajar sin uniforme en los centros comerciales y grandes superficies, donde podíamos presentar una oferta competitiva».
Según el presidente de la patronal gallega, este es un segmento de la demanda que se está cubriendo con auxiliares de servicios, también conocidos en el argot del sector como chaquetillas rojas y que tienen el cometido de vigilar a los clientes que se olvidan de pasar por caja.
Sindicatos y asociaciones profesionales del sector son especialmente críticos con la figura del auxiliar, pues no existe legalmente. Sin embargo, en la práctica, lamentan, está cubriendo muchos -entre un 30 y un 40%- de los puestos de trabajo que serían competencia del vigilante de seguridad homologado.
Intrusismo
Roberto Lage, admite que «existe un repunte de la competencia desleal» en el sector, pero precisa que, «más que los chaquetillas rojas, me preocupan otras figuras paralelas».
Esta nueva modalidad de vigilancia tiene un nombre: los serenos. «Son -explica el presidente de los empresarios gallegos- una figura que el comercio está tratando de instaurar en lo que ellos llaman centros comerciales abiertos , que no son otra cosa que zonas comerciales de las ciudades, como la del Obelisco en A Coruña, o la del Calvario en Vigo, que pretenden competir con las grandes superficies».
A la hora de establecer vigilancia en estas zonas abiertas es cuando surge el conflicto: son vías públicas que están vedadas a la seguridad privada, porque son competencia de los cuerpos policiales.
Según el presidente de Aesga, la figura del sereno que se pretende recuperar es la de «un señor de más de 45 años, parado de larga duración, que desempeñaría esa función como autónomo».
En Vigo ya se ha implantado en la calle Príncipe, y para A Coruña, Santiago y Ferrol ya están pedidos varios permisos. «No podemos permitir que crezcan otro tipo de figuras porque la normativa no nos deja realizar determinadas funciones», concluye Roberto Lage.
Otras modificaciones que propugna el sector se refieren a las competencias de los vigilantes de seguridad para poder prestar servicio en transportes públicos nocturnos, como el Noitebús, y que se eliminen las restricciones actuales para trabajar en los polígonos industriales y en las urbanizaciones privadas, donde se exige una delimitación clara para que pueda actuar la seguridad privada.
Por último, la patronal gallega también propugna una actualización de los programas de formación de los vigilantes de seguridad, tanto la inicial como la continuada, «con el objetivo de adaptarla a las verdaderas necesidades que tenemos».
http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2008/05/26/0003_6850359.htm