ACTUABAN EN LA ZONA DE VALLECAS
MADRID.- Agentes de la Policía Nacional han detenido a ocho personas como presuntos autores de delitos de amenazas, robos con fuerza, tenencia ilícita de armas y lesiones. La actividad principal de esta banda consistía en extorsionar a contructores, a los que imponían mediante amenazas sus servicios de vigilancia en las obras.
Ofertaban a los empresarios de la construcción servicios de vigilancia no regulados a un precio más económico, consistente en visitas periódicas, denominada “el vistazo”. Los arrestados actuaban principalmente en la zona del ensanche de Vallecas.
El pasado mes de abril, el Grupo de Secuestros y Extorsiones recibió la denuncia de dos empresarios de la construcción de la zona del PAU de Vallecas. Los constructores daban cuenta de las amenazas de las que habían sido objeto por parte de un grupo de individuos.
Los falsos vigilantes se habían personado en una obra recién iniciada conminándoles a que en un plazo determinado (cuarenta y ocho horas en alguno de los casos) les adjudicaran a ellos la vigilancia de la obra. A estas denuncias se unieron las de otros empresarios o del personal a su cargo.
En el desarrollo de su actividad, el grupo detenido ofertaba varios tipos de servicio. En el "servicio con empresa" proporcionan vigilancia a través de una empresa bajo la dirección de A.J.S., el referente del grupo, y de su socio.
El segundo sistema es el denominado "sin empresa", es decir, sin ningún tipo de regulación legal del servicio ni de los trabajadores, que no figuran de alta en la seguridad social.
Finalmente ofrecían la modalidad del “vistazo”, sin un vigilante fijo, sometidas las obras únicamente a visitas periódicas de control, por las que cobrarían en el mejor de los casos 1.000 euros al mes, la tarifa más económica.
'Presupuesto sin compromiso'
El 'modus operandi' de esta red de falsos vigilantes empezaba con una visita de algún miembro del grupo visitaba una obra y se daba a conocer “los que llevan la vigilancia en la zona”, mostrando tarjetas de identificación y hasta un presupuesto.
La negativa de jefes o encargados de obra daba lugar a que, de una forma directa y abierta conducía a amenazas contra integridad física de los empleados o contra el patrimonio -daños en la obra o sustracción de maquinaria-. En ocasiones acompañaban las amenazas verbales con la exhibición armas para lograr un mayor efecto intimidatorio.
Si las negativas de los encargados de las obras se repetían materializaban las medidas de presión provocando daños y robando material en las obras objeto de extorsión.
Para evitar intromisiones, el grupo marcaba su territrorio de actuación mediante la intimidación o el uso de la fuerza contra grupos rivales. Además, trataban de ampliar su radio de acción a otras provincias como Alicante.
En este contexto, habían entrado en conflicto en Madrid con otro grupo de menor entidad que eran víctimas de sus amenazas y a quienes exigían una contraprestación económica por permitirles vigilar ciertas obras.
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/17/madrid/1216279499.html