El intrusismo profesional está a la orden del día en la profesión de vigilante de seguridad privada, a la que se accede con un examen.
Los conflictos en las discotecas son los que más llaman la atención sobre aquellos porteros que ejercen, ilegalmente, funciones de seguridad. Pero no sólo en estos establecimientos trabaja personal no autorizado. El intrusismo en la seguridad privada se ha extendido a otros campos profesionales, como señalan desde el Cuerpo Nacional de Policía, que tiene la función de controlar esta actividad.
Fuentes de este cuerpo policial apuntan que la vigilancia nocturna en obras, en aparcamientos privados o en las casetas de las ferias es una tarea que en la mayoría de ocasiones la llevan a cabo personas no autorizadas.
Como ejemplo, el empleado que controla los monitores de videovigilancia en los aparcamientos debe ser un vigilante de seguridad titulado y esto no se cumple en muchos casos.
Lo mismo ocurre en las casetas de las ferias donde estas tareas han estado los últimos años, en los días previos a la celebración, en manos de «mafias» que han presionado a los caseteros para quedarse con ese negocio. Los responsables policiales señalaron que se han mantenido incluso reuniones con la Federación de Caseteros para advertirles sobre esta ilegalidad, lo que habría logrado frenar en parte esta actividad. La vigilancia nocturna de las obras también es campo abonado para los 'falsos' empleados de seguridad.
Desde la Policía señalan que los empresarios suelen alegar, cuando son detectados, que esos trabajadores están realizando labores de mantenimiento en esas obras o casetas, algo poco verosímil.
Las pesquisas policiales han detectado incluso a empresas tituladas e inscritas en el Registro de la Seguridad Privada que ofrecen el servicio de 'auxiliares' no homologados a las empresas que consideran muy caro contratar a un vigilante.
Vestimenta falaz
Y para darles apariencia de auténticos a estos empleados, no dudan en vestirlos con un uniforme similar al de los auténticos profesionales de seguridad, lo que genera confusión y es también ilegal. Los vigilantes son los únicos que pueden portar defensas, que pueden intervenir en conflictos y deben estar perfectamente identificados con uniforme y placa, apuntan desde el Cuerpo Nacional de Policía.
En el caso de que ese otro 'falso vigilante sufriera un accidente en tareas que no son suyas o llegara a un conflicto con un cliente, la empresa que lo contrata se enfrentaría a un problema legal.
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