Barcelona negociará con el CGPJ el juzgado de faltasEl ayuntamiento insiste en abanderar la lucha contra los multirreincidentes
PILLADOS IN FRAGANTI.
Dos miembros de la seguridad privada de Transportes Metropolitanos de Barcelona sorprenden a dos carteristas habituales del metro,
el 22 de octubre en la parada de Passeig de Gràcia. Foto: ARCHIVO / ALBERT BERTRAN Ni el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ni la concejala de Seguridad, Assumpta Escarp, se conforman con las tímidas soluciones que el lunes les ofreció en Madrid el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, para luchar contra la epidemia de los multirreincidentes. Ambos líderes municipales saben que las del ministro son soluciones a largo plazo, y que la ciudad no puede esperar a que mejore el funcionamiento del sistema judicial para solventar un grave conflicto de seguridad que protagoniza un grupo reducido, pero activo, de delincuentes. En los próximos días, reemprenderán con el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, la negociación para crear un juzgado específico de faltas.
También insistirán al Gobierno para que elabore un registro que archive actualizadas todas las detenciones y causas pendientes de estos profesionales del hurto. E iniciarán una ofensiva en el Congreso, donde intentarán convencer a los grupos parlamentarios de la necesidad de aprovechar la nueva reforma del Código Penal para que sean tres y no cuatro, como pasa ahora, las faltas que se computan como delito.
Hereu y Escarp se reunieron con Dívar hace dos semanas en Madrid. El responsable del CGPJ se mostró «muy receptivo» con las reivindicaciones de Barcelona y pidió al alcalde un informe que desarrolle la petición de un juez para faltas. Caamaño, el lunes, se mostró en público contrario a esta medida, aunque durante el encuentro con la delegación barcelonesa no puso reparos a que negociaran con Dívar.
Lo que quiere el alcalde, y lo dijo claro en Madrid, es «efectividad» ante un grave problema que no solo tiene Barcelona, aunque es la única ciudad que ha alzado la voz denunciando las carencias para resolverlo. Un Hereu serio –sus colaboradores insistieron en que estaba «cansado» y no «cabreado»– aseguró que no quería «medidas de titulares rimbombantes, sino soluciones reales».
ROBAR MENOS DE 400 EUROS / El pequeño hurto se ha convertido en un grave problema para el que, de momento, parece que nadie da con la solución. Mientras se estudian salidas, esos grupos de delincuentes se asientan en la ciudad con una tremenda impunidad. Para determinados juristas, resulta del todo injustificado encarcelar a un sujeto por robar por un valor inferior a los 400 euros. El problema radica en el profesional del hurto que no roba un día una cartera, sino que se dedica exclusivamente a eso, a sustraer cada día cosas de poco valor y, cuando le detienen, seguir robando para abonar el importe de la multa.
La insistencia de Hereu en la creación del juzgado de faltas y del registro no es un capricho. Cuenta con el apoyo de la Conselleria d’Interior, y serían dos medidas que sin necesitar reformas legislativas darían continuidad a las detenciones que ya hacen la Guardia Urbana y los Mossos. Ahora ningún juez dispone del historial ni las causas pendientes del detenido que tiene enfrente.
Queda por ver cómo se articulan las dos propuestas de reforma del Código Penal que prometió Caamaño el lunes: convertir en delito los hurtos que cometan más de tres personas y dictar órdenes de alejamientos de multirreincidentes sobre espacios concretos. Medidas que no parecen de fácil aplicación.
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