El País Vasco se debate entre el recelo y la esperanza. Políticos, empresarios y académicos explican cómo se respira en Euskadi desde que ETA declaró el alto el fuego.

La inmensa necesidad de paz que tiene la sociedad vasca ha chocado demasiadas veces con la frustración de ver como treguas anteriores se rompían para volver al ciclo de la violencia. Estas devastadoras experiencias han arraigado en el subconsciente vasco, y muy pocos se muestran abiertamente optimistas. Quienes más temen que sea una trampa son los cargos de PP y PSE, resignados a vivir con protección permanente y que no descartan que en cualquier momento, y sin previo aviso, ETA vuelva a atentar. Entre otros colectivos como los empresarios, el mundo de la cultura o la iglesia, los testimonios recogidos son más cautelosos, y se percibe que queda algo de ilusión porque "esta tregua sea la buena".

Soledad del Bosque es una de quienes no se creen el pronunciamiento del pasado domingo de ETA. Es concejala socialista en Sorazule (Guipúzcoa), un feudo de la izquierda aberzale gobernado por miembros de ANV que lograron sortear las ilegalizaciones. No nota que los radicales estén en una posición más dialogante, sino todo lo contrario. Pese a que, según el comunicado etarra, el cese de las acciones "ofensivas" se decretó hace meses, en verano ha seguido recibiendo amenazas y en pleno agosto pintaron una diana junto al portal de su casa.

La crudeza de su situación se agudiza porque Soledad es la única edil no nacionalista que vive en el pueblo. En el Consistorio se siente más arropada por un compañero socialista y un edil popular, pero ambos viven fuera de Soraluze, por lo que los insultos en la calle son para ella. Y los tres tienen que digerir plenos municipales que "se llenan con sus seguidores para machacarnos".

Tampoco ve ningún indicio esperanzador Eduardo Andrés, portavoz del PP en Sestao (Vizcaya), para quien los hechos desmienten las palabras de la izquierda aberzale. La fuerza del mundo de Batasuna es menor en su pueblo, pero conoce de primera mano el acoso. "Son una banda de asesinos. No nos podemos fiar, se dedican a asesinar, extorsionar, amenazar y mentir". Siempre protegido por su escolta, dice que no siente el menor alivio y que mantiene todas las medidas de autoprotección: "Yo solo estaré tranquilo el día que ETA desaparezca". El resumen que hace del comunicado etarra es simple: "Lo que dicen es que durante un tiempo no nos van a matar, pero un día sin previo aviso se aburrirán y volverán a atentar. Igual ahora no les interesa matar, pero será hasta que les vuelva a interesar".

Del hastío a la esperanza

Gorka tiene una empresa con 20 trabajadores y una flota de camiones. Próximo al PNV, considera legítimo que la izquierda aberzale esté en las instituciones: "Este es un país nacionalista, aunque Patxi López nos venda un mundo arcoiris". Hace años recibió cartas de extorsión de ETA, alguna de ellas muy dura, e incluso un ultimátum, pero siempre se negó a pagar. En su opinión, el alto el fuego "siempre es positivo"O.

Reclama que se recupere a los "viejos rockeros" de Herri Batasuna, en referencia a sus dirigentes históricos, por considerarlos imprescindibles en las negociaciones que puedan abrirse: "Los que están ahora como portavoces de la izquierda aberzale no pintan nada, y en ETA quedan los tontos de cada clase con una pistola". A Gorka, la actitud de Eusko Alkartasuna le da confianza: "Tienen que tener muchas garantías de que esta vez va en serio para ahorcarse de esta manera junto a la izquierda aberzale".

Diego no es tan optimista. Alto cargo en una potente empresa metalúrgica en el corazón de Guipúzcoa, teme que el terrorismo no acabe nunca: "Siempre quedará un descerebrado al que no se le ocurra nada mejor que usar la pistola. No saben hacer otra cosa". Añade que existen muchos intereses creados, tanto en Euskadi como en España, que hacen imposible el fin de la violencia.

Más esperanzado está Asier. Forma parte de la dirección de una de las principales constructoras de Euskadi, que participa en las obras del Tren de Alta Velocidad, un objetivo de ETA. "Estamos contentos, nos parece fenomenal el alto el fuego. Aunque no sea una declaración demasiado clara, pensamos que hasta las elecciones no habrá atentados contra nuestra maquinaria".

El tono de sus palabras trasluce el odio que siente contra ETA, ya que han sufrido como pocos el acoso de la banda: "Son una puñetera mafia. ¿Qué poder tiene esta gente sin armas? Ninguno". Asier está seguro de que los días de terrorismo están contados: "Si la izquierda aberzale les quita su apoyo, no tienen futuro. Y seguir como hasta ahora es un sinsentido, se están dando cuenta hasta ellos".

Pero, sobre todo, considera clave la ilegalización de Batasuna: "Ahora necesitan dinero como sea, por eso hacen todo esto, para volver a los ayuntamientos. Si logran meterse otra vez, habrá un montón de gente de los suyos chupando del bote. Tienen que volver sí o sí, de lo contrario desaparecen".

No teme tampoco que se incremente la extorsión: "Si ves al cer*o herido, le acuchillas con más fuerza. Si ETA está débil, cualquier empresario que reciba una carta irá con más ganas a la policía. Ahora no creo que nadie pague". Pese a su aversión hacia el mundo radical, matiza: "Yo quiero que vuelvan al juego político, tienen todo el derecho".

El comunicado de ETA no se recibió como anteriores treguas. En la calle, las sensaciones mayoritarias fueron las de hastío y desconfianza, siempre mezcladas con unas enormes ganas de que la violencia cese definitivamente. Fue sintomático el momento en que se conoció el anuncio etarra en San Sebastián, ya que a esa misma hora se estaban celebrando las tradicionales regatas de traineras en La Concha. La noticia se propagó a gran velocidad entre los miles de personas que observaban la prueba, pero se recibía con frialdad. Apenas despertaba algún comentario privado, en voz baja.

Mikel Ubarrechena es el presidente de la Asociación de Hosteleros de Guipúzcoa, y es de los pocos que se ha atrevido a hacer un análisis abiertamente positivo del alto el fuego. Solo matiza que "ojalá hubiera sido definitivo".

El turismo

Recuerda como en las dos últimas treguas, todos los sectores relacionados con el turismo experimentaron un fortísimo crecimiento: "Sobre todo en 1998,


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